El dato surge de un informe sobre la alimentación en ese sector de la población, difundido por Unicef, que indica también que los ultraprocesados representan el 35% de su aporte calórico diario.
La principal causa es «un patrón de consumo inadecuado caracterizado por un alto consumo de ultraprocesados», favorecido por las características del sistema alimentario y «un entorno no saludable».
Los alimentos ultraprocesados son formulaciones industriales principalmente a base de sustancias extraídas o derivadas de alimentos, además de aditivos como conservantes, texturizantes, saborizantes o aromatizantes
Estos productos tienen un elevado contenido en azúcares, grasas y sodio, combinado con un bajo contenido en proteína, fibra alimentaria, minerales y vitaminas.
Un informe de la OPS reveló que el aumento de las ventas de ultraprocesados está asociado con el incremento del peso corporal, lo que permite identificar estos productos son un importante impulsor de las crecientes tasas de sobrepeso y obesidad.
En ese sentido, la especialista recordó que la última Encuesta Nacional sobre Nutrición y Salud (ENNYS) de 2018 «muestran que tenemos una obesidad del 20.4% entre los niños, niñas y adolescentes (NNyA) de 5 a 17 años» mientras que «el último reporte regional de seguridad alimentaria muestra que la Argentina está entre los países que tiene más exceso de peso entre los menores de 5 años».
#BrechasAlimentarias Presentamos un nuevo estudio sobre la situación alimentaria en niños niñas y adolescentes en 🇦🇷.
— UNICEF ARGENTINA (@UNICEFargentina) April 4, 2023
En la investigación, realizada junto a @ficargentina buscamos caracterizar el patrón de consumo de alimentos y el estado nutricional actual
Algunos resultados👇 pic.twitter.com/yYNn0nmEUc
El objetivo de la investigación fue caracterizar el patrón de consumo de alimentos y el estado nutricional actual en la población de NNyA en el país, y describir en profundidad las inequidades que existen al momento de consumir diferentes tipos de alimentos.
Para ello se tomaron los datos de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNYS 2018) y de la Encuesta Mundial de Salud Escolar (EMSE 2012-2018).
«El 35% de la energía consumida por los NNyA proviene del grupo denominado ‘de consumo opcional’ como los jugos y gaseosas, los panificados envasados ultraprocesados, los embutidos, fiambres y hamburguesas», dijo a su turno Victoria Tiscornia, nutricionista y también investigadora de FIC.
Y esto a pesar de que las Guías Alimentarias de la Población Argentina (GAPA) elaboradas por el Ministerio de Salud «desaconsejan el consumo de este grupo de alimentos por su alto contenido en grasas, sodio y azúcares».
El segundo grupo de alimentos con una mayor contribución calórica promedio para una dieta diaria de 2000 kilocalorías son «cereales y legumbres» con un 22,6%.
En tercer lugar, se ubican «carnes y huevos» (13,2%); «leche, yogur y quesos» (12,1%); «aceites, semillas y frutos secos» (8,7%); «bebidas sin alcohol» (5,6%); y por último «frutas y verduras» con un aporte de 3,3%.
Del análisis comparativo entre el patrón de consumo promedio y las recomendaciones de las GAPA surge que se consume solo el 22% de las frutas y verduras recomendadas; un 55% de la leche, yogur y quesos aconsejado; el 56% de los cereales, papa, pan y pasta; y el 64% de los aceites, semillas y frutos secos.
Sólo para el grupo de las carnes y huevos hay una coincidencia casi exacta (99%) entre las proporciones recomendadas y las consumidas.
«Vimos también que en los niveles socieconómicos más bajos se consume casi el doble del azúcar de mesa respecto a los niveles más altos, y casi el 60% más de los panificados dulces y salados», dijo.
Sobre los ultraprocesados, Tiscornia explicó que las GAPA recomiendan «reducir el consumo al mínimo posible, ya que no existe una ingesta segura» de este tipo de alimentos, no obstante lo cual «suman más del 50% de la energía que consume la población de NNyA diariamente»
«Los resultados de este estudio muestran la necesidad de que se cumpla correctamente la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable, que incluye el etiquetado frontal de alimentos, con énfasis en entornos escolares y regulación de la publicidad de productos no saludables, incluido el marketing digital», explicó el especialista del Área de Salud de Unicef, Javier Quesada.
«También es importante poder avanzar en políticas que impulsen el consumo de frutas y verduras en la población», subrayó Quesada.
Fuente: Télam