A partir de la pandemia, personas que se quedaron sin trabajo o quienes tuvieron que empezar a hacerlo de manera remota aprovecharon el tiempo en casa para iniciar sus propios emprendimientos. Actualmente hay cerca de 30 proyectos emprendedores en Charras y el 90% son impulsados por mujeres.
Están las que comenzaron durante su tiempo libre como una oportunidad para incrementar sus ingresos y las que sufrieron los embates de la pandemia y tras quedarse sin trabajo se abrieron camino en ecosistema emprendedor para salir adelante y tener nuevamente un ingreso.
Tal es el caso de María Elena Dalmasso, una joven emprendedora de la localidad de Charras, que tras perder su empleo en plena pandemia comenzó con su propio proyecto.
“Empezamos con mi sobrina (la más grande) allá por octubre de 2020 como para generar un ingreso extra, ya que debido a la pandemia yo me quedé sin trabajo”, contó Dalmasso. Así fue como surgió “Kucca”, su pequeño emprendimiento que vende productos de bazar, decoración y regalería a través de las redes sociales.
“Acá en el pueblo es muy chico y cuesta llevar adelante el proyecto, pero… por otro lado, la gente responde bastante bien a esta propuesta porque me conoce de haber trabajado durante 10 años en un comercio”, contó María Elena.
La joven emprendedora charrense contó que “en un comienzo nos manejábamos todo por redes sociales, recién este año pude poner en mi casa un estante como para que la gente pueda venir y elegir su producto”.
Explicó que su emprendimiento consiste en comercializar productos de regalería, bazar y decoración. “Tratamos de tener un poco para todas las economías, desde el regalo económico para el niño hasta otros más caros para adultos o empresas”, indicó.
A pesar que las actividades recuperan la dinámica de la pre-pandemia, Dalmasso aseguró que se siente muy a gusto con tener su propio proyecto y manifestó que “la idea está en seguir creciendo y poder tener nuestro espacio comercial, pero todavía estamos en otra etapa”.
El desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, sumado a que, en plena pandemia se incrementó la comercialización a través de las redes sociales, les permitió poder tener una mayor visibilidad y empezar a tener las primeras ventas. Además de hacerse conocidas en la localidad, la utilización de Instagram y WhatsApp les brindó la posibilidad de expandir sus horizontes comerciales a otras localidades vecinas.
“Mi sobrina vive en Río Cuarto, lo cual nos permitió ir creciendo y sumando gente interesada en nuestros productos en otro lugar además de Charras”, expresó la mujer emprendedora y agregó: “La gente nos ha respondido muy bien, además hemos tenido la posibilidad de participar en algunas ferias en Río Cuarto, lo cual nos abrió nuevos caminos para que nos conozcan”.
María Elena tiene una vasta experiencia en el rubro mercantil, sin embargo, señaló que para poder afianzarse en este emprendimiento el camino no fue simple y lo han transcurrido con errores y aciertos. “A medida que fue pasando el tiempo nos fuimos dando cuenta qué era lo que más se vendía, qué teníamos que traer. Muchas veces hemos invertido y nos ha salido mal como a cualquier emprendedor, pero seguimos aprendiendo con las ganas de crecer y hacernos más grande como proyecto emprendedor”, remarcó.
Tras “varios meses de pelearla”, el emprendimiento se fue consolidando en la localidad y “ahora ya podemos disponer de nuestro dinero mensual”. Si bien aclaró que todavía no logra suplantar el sueldo que cobraba como empleada, considera que en poco tiempo ha dado un gran paso como generadora de su propio espacio de trabajo.
¿Cómo es ser jefa de una misma?
Sobre los cambios que radica pasar de ser un empleado a ser el propietario del emprendimiento, María Elena Dalmasso expresó: “Al independizarse uno se siente mucho más cómoda. Yo trabajé 10 años en el comercio y siempre dependiendo del horario, de lo que te dicen o te piden».
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“Depender tanto tiempo de lo que te dice tu patrón y pasar a ser tu propio jefe hay una diferencia muy grande”
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María Elena valora la posibilidad de poder manejar sus tiempo y poder hacer lo que más le gusta. «Ahora yo manejo mis horarios, si la gente quiere venir un domingo a la mañana yo estoy acá y la atiendo. Si un día tengo que viajar puedo cerrar y hacerlo. Veremos más adelante cómo seguimos, pero me siento mucho más libre de poder hacer lo que quiero con los horarios”, destacó.
La calle como vidriera
Emprender implica tomar riesgos, y para que esa decisión y ese camino sean mejores, apoyarse en la experiencia de otras mujeres que tienen mayor experiencia es fundamental para seguir creciendo. Ese fue uno de los motivos para que varias emprendedoras de Charras se unieran, compartieran sus experiencias. También lo que luego les permitió generar su propio espacio de venta callejera a través de la organización de distintas ferias en la plaza del pueblo.
“Arrancamos con las ferias porque a partir de la pandemia mucha gente se reinventó y comenzó con sus emprendimientos para poder sostener sus ingresos”, recordó María Elena.
Según la joven emprendedora, fueron muchas las vecinas y vecinos de Charras que decidieron emprender y poner en marcha sus proyectos para sumar un ingreso más o tratar de suplir aquel que se perdió debido a la pandemia.
“En nuestro caso, que no nos damos maña para la artesanía, estamos con el tema de la reventa de productos”, comentó.
Recordó que, durante la pandemia, muchas personas que realizaban teletrabajo debido a las restricciones, aprovecharon esa posibilidad para fortalecer sus proyectos personales mientras continuaban con su empleo.
“Incluso, muchas de las que han vuelto al trabajo presencial no han abandonado lo que iniciaron y continúan con su pequeño comercio en el tiempo libre”, contó María Elena Dalmasso, quien agregó que esto se debe a la situación económica y, por otra parte, “a que una se siente más cómoda y hace lo que realmente le gusta. Entonces una sigue buscando permanecer en el rubro que la apasiona”.
Cada una con sus capacidades y saberes, desde la artesana que crea y vende sus producciones hasta la que se dedica a la reventa de productos trabajan y organizan ferias, todas con un mismo objetivo: mejorar sus ingresos y su proyecto de vida.
“Acá en el pueblo hemos organizado distintas ferias y somos un montón las emprendedoras locales. El 90% son mujeres, en la última feria llegamos a ser 30 los stands con distintas propuestas”, dijo María Elena y agregó: “La gente apuesta a esto, así sea reventa o artesanía, todos buscan abrirse su propio camino y hacer lo que más les gusta”.
La emprendedora dijo que la idea de las ferias es que la gente se dé una vuelta y se entere de cada una de las propuestas locales. “Ojalá que más adelante se puedan sumar emprendedoras de otros pueblos”, expresó.
Dalmasso comentó que las ferias las tratan de organizar en fechas donde la gente no tenga tantos gastos fijos como sucede ahora en marzo con el tema del inicio del ciclo lectivo, con el objetivo que más gente pueda recorrer, conocer y comprar.
En cada una de las ferias, la Municipalidad de Charras tiene un rol importante para que esta propuesta se lleve a cabo, ya que brinda los permisos para utilizar la plaza, se encarga de la iluminación y también del sonido necesario para la realización de sorteos y espectáculos. Además, en cada ocasión el gobierno local arma juegos y peloteros para los más chicos, con el objetivo de que la feria no sea solamente un lugar para compra-venta sino que se transforme en un espacio social-recreativo y cultural.
Se viene la sexta edición
La emprendedora de Charras confirmó que la próxima feria se realizará a mediados del mes de abril. Será la sexta edición de esta iniciativa que surgió en plena pandemia y parece que llegó para quedarse.
Charras asoma como uno de los puntos regionales de gran crecimiento en el ecosistema emprendedor con foco en la mujer. Los desafíos por delante son muchos, pero sin dudas los objetivos estarán puestos en fomentar aún más la transformación digital, generar valor agregado a las producciones locales y potenciar el crecimiento de los emprendimientos a partir de la venta online.
