Integrantes del comedor comunitario y centro cultural Ollas Poderosas visitaron el programa NADA FAKE para difundir una colecta de alimentos y fondos que necesitan para evitar el cierre del lugar. “Estamos perdiendo a nuestros adolescente y eso duele más que el hambre”, relataron.
“Salvemos nuestro espacio comunitario”, frase que capta inmediatamente la atención de quienes reconocen la importancia del trabajo realizado por los centros comunitarios, copas de leche y merenderos de la ciudad. Ese es el pedido del centro cultural Ollas Poderosas, parte de la organización latinoamericana La Poderosa, que todos los martes entregan 450 raciones de alimentos en su sede de Luis Pasteur 1061, en el corazón de barrio Alberdi. Hoy, la crisis económica lleva al borde del cierre a este espacio que contiene a los más desfavorecidos.
Cintia Avila y Mariela Luna, cocineras de Ollas Poderosas, visitaron el programa NADA FAKE para relatar la dura situación que atraviesan. Las trabajadoras lanzaron un pedido de ayuda en lo alimentario, pero también en lo económico y advirtieron que su espacio corre el riesgo de cerrar “porque no podemos pagar el alquiler”.
“La realidad es que nuestro espacio está en riesgo. La demanda está creciendo cada vez más en lo alimentario y también en lo social. Las familias atraviesan no solo la falta de alimentos, sino también el consumo de drogas y otras problemáticas”, reflexionaron.
Respecto a la situación del barrio, Luna relató que “muchos chicos están consumiendo más que antes y salen a robar, incluso a los mismos colegios del barrio” y que, desde los espacios culturales, “no se sabe cómo contenerlos”.
“En los hogares están viviendo situaciones críticas, con padres y madres que se la pasan todo el día fuera de la casa trabajando y aun así no les alcanza. Eso lleva a que las infancias y adolescencias terminen en redes que ofrecen salidas económicas desde la delincuencia. Niños que tenían nuestro apoyo en 2019 hoy son adolescentes y notamos que los estamos perdiendo. Eso nos asusta más que el hambre, más aún cuando nuestros espacios están en riesgo”, describió Cintia Avila.
La trabajadora de Ollas Poderosas expresó que “la pobreza en barrio Alberdi es estructural y viene de generación en generación” ya que “hay una crisis habitacional, falta de trabajo y falta de acceso a derechos, pero las políticas del Gobierno actual profundizan estas problemáticas”. En ese sentido, agregó: “Tenemos muchos vecinos que se acercan a recibir ayuda nuestra aun teniendo dos y hasta tres trabajos”.
Sobre la asistencia alimentaria del centro cultural, las cocineras explicaron que se decidieron entregar las viandas un solo día de la semana “porque la asistencia que recibimos no nos alcanza y tampoco contamos con los fondos para cubrir la demanda”. Además, lamentaron que “hay gente que se va sin su vianda y hay 25 familias en lista de espera, pero el hambre no espera”.
“Nosotras somos trabajadoras de la triple jornada laboral. Nos hacemos cargo de nuestros hogares, tenemos trabajos informales y también le destinamos tiempo a lo comunitario porque entendemos la necesidad de la gente. Pero esto nos está sobrepasando. Nos juntamos y nos damos fuerza entre nosotras para arrancar de nuevo y llenar la olla que hoy es un espacio de resistencia en el barrio”, manifestó Avila.
Por último, señalaron: “Nos desespera que se ponga en tela de juicio nuestro trabajo y se dude del hambre de la sociedad. Yo quisiera ver que el presidente se alimente como lo hacemos en el centro comunitario, hacer filas eternas para que te digan que no hay o ser un jubilado que se acerca a recibir su vianda”.