En este Día de San Cayetano, el padre Carlos Juncos reflexionó sobre la situación económica y social del país. Manifestó que “en Argentina se profundizó la inequidad” y consideró que hay que abandonar el individualismo y embarcarse en los proyectos colectivos.
Tras conocerse los altos índices de pobreza en nuestra ciudad y en un escenario donde comienzan a sumarse los despidos, el sacerdote de la parroquia San Roque expresó: “Esperemos que la situación socioeconómica se pueda revertir porque los números de la Universidad Católica Argentina (UCA) lo dicen con claridad. Ha empeorado y se ha extendido esto de ser pobre con trabajo”.
“Que el 20 por ciento de la población esté en situación de indigencia es una realidad que nosotros comprobamos y palpamos cotidianamente”, dijo el padre Carlos Juncos para graficar la situación que se vive en los sectores más desprotegidos del entramado social.
Por tales motivos, agregó: “En el día de San Cayetano tenemos que pedir la ayuda del santo y disponernos para que eso pueda revertirse para llegar a un estado de mayor justicia en la sociedad y que crezca el bien común”.
Un país rico con gente pobre
Juncos dijo que los números de la pobreza en nuestro país son preocupantes porque somos uno de los mayores productores de alimento del mundo, pero a muchas familias no les alcanza sus ingresos para poder tener el plato de comida en la mesa. En esta línea opinó: “El problema de Argentina no es que sea un país pobre, sino que es un país con gente empobrecida y en donde se ha profundizado las diferencias, la inequidad, eso es lo más preocupante”.
Consideró que una de las causas de esta situación tiene que ver con la falta de empatía y el individualismo que reina en la sociedad actual. “Esta mañana presidí la primera misa de San Cayetano en barrio Bimaco y mi predicación fue para sembrar los anticuerpos de ese individualismo. No es un fenómeno solamente nacional, sino mundial y las redes son un vehículo de esa mentalidad individualista que tiene una intencionalidad bien clara, ya que al fragmentar debilita a la gente en su capacidad de reacción compartida y colectiva”, afirmó.
Sostuvo que para revertir esta situación “es necesario dar pasos firmes en fortalecer aquellas iniciativas que miren hacia el «nosotros», hay que hacerse pueblo, esa es la cuestión”.
“Hay que remover las brasas que están debajo del individualismo para que el fuego de lo compartido nos vuelva a encender y dar fuerzas”
El padre Carlos Juncos remarcó que, si bien el individualismo es una de las razones de la desigualdad, hay más cuestiones que generan este panorama. En este sentido agregó: “Si pensamos las cosas solamente en clave numérica, en un marco de lo económico y lo económico sólo en la clave financiera, entonces se hace muy difícil revertir la oleada individualista”.
Por último, remarcó: “Estamos en un contexto en donde la producción de alimentos es nuestro fuerte, somos una región que produce y tiene una gran riqueza entonces aquí duele más lo inequitativo”.