La compra de carne vacuna volvió a desplomarse en marzo, en medio de una crisis de consumo generalizado y aumentos que ya superan el 60% interanual. La producción también tocó uno de sus peores registros históricos, lo que enciende luces de alerta en toda la cadena cárnica.
El consumo de carne vacuna por habitante cayó un 2,7% en marzo respecto al mismo mes del año pasado, y se ubicó en 48.394 toneladas de res con hueso, según datos de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (Ciccra). La cifra refleja no sólo una tendencia preocupante en el rubro, sino también un síntoma más de la crisis que atraviesa la canasta básica de alimentos.
En paralelo, el consumo masivo de productos cayó un 5,4% interanual y acumula una baja del 8,6% en el primer trimestre del año, de acuerdo a la consultora Scentia. Las ventas en supermercados y autoservicios, que concentran el 70% de ese consumo, sufrieron fuertes retracciones del 7,1% y 3,7% respectivamente.
Precios en alza, bolsillo en baja
El precio de la carne vacuna tuvo un nuevo salto en marzo, con un aumento promedio del 6,4% mensual. Entre los cortes, el cuadril lideró las subas (+8,5%), seguido por la paleta (+7,5%), nalga (+7,1%), asado (+4,7%) y carne picada común (+4%). Incluso los productos industrializados, como las hamburguesas congeladas, marcaron un alza del 2,9%.
Pero lo más llamativo es que, en el último año, los precios de la carne vacuna aumentaron un 61%, superando incluso el índice general de inflación. El cuadril se encareció un 66,9%, el asado un 66%, la nalga un 64,2% y la carne picada común un 50,9%. El pollo, tradicional “refugio” frente a los aumentos, no fue una excepción: subió 44,2% en el mismo período.
Producción en retroceso
La caída del consumo impacta de lleno en la cadena de producción. En marzo, la faena vacuna totalizó 1,024 millones de cabezas, lo que representa una baja del 3,5% interanual, ubicándose en el puesto 34 entre los últimos 46 meses de marzo relevados históricamente. La cifra está 7,1% por debajo del promedio de marzo entre 1980 y 2024.
Durante el primer trimestre del año se faenaron 3,2 millones de cabezas, lo que implica una merma del 2,4% respecto al mismo período de 2024. En términos históricos, este volumen apenas supera el promedio de las últimas cuatro décadas.
¿Qué puede pasar en los próximos meses?
Con una devaluación que ya se trasladó parcialmente a los precios, y un consumo deprimido por la pérdida de poder adquisitivo, el sector enfrenta un dilema: ¿seguir aumentando precios o resignar márgenes para mantener las ventas? Por ahora, los mostradores ya reflejan nuevos aumentos hacia mediados de abril, con subas acumuladas que se acercan al 40% en lo que va del año.
El futuro inmediato dependerá de cómo evolucione la economía y del impacto que puedan tener nuevas medidas oficiales sobre el poder de compra de la población. Mientras tanto, el asado del domingo, cada vez más, queda fuera del menú.