Un estudio de la Universidad de Buenos Aires advierte que el uso de tarjetas de crédito para financiar la compra de comida creció del 39% al 46% desde el inicio del gobierno de Javier Milei, mientras el consumo continúa por debajo de los niveles de 2023.
Un informe del Centro Ra de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) revela que, en medio de la caída del consumo, cada vez más familias argentinas recurren al endeudamiento para cubrir gastos básicos como la compra de alimentos. Según el estudio, el uso de tarjetas de crédito para financiar productos de primera necesidad aumentó del 39% al 46% entre diciembre de 2023 y mayo de 2025.
El relevamiento, elaborado a partir de datos del Indec, muestra además una reducción en otros medios de pago. Las tarjetas de débito pasaron del 34% al 27%, mientras que el uso de efectivo cayó del 20% al 16%. La tendencia evidencia que una proporción creciente de los hogares depende del crédito para afrontar los consumos mensuales, reflejo directo de la pérdida del poder adquisitivo.
El estudio también advierte que, pese a ciertos signos de recuperación en las ventas de supermercados, la demanda general sigue sin recomponerse y se mantiene por debajo de los niveles previos al inicio de la actual gestión nacional. En mayo de 2025, las ventas mayoristas se ubicaron un 34% por debajo del nivel de diciembre de 2023, mientras que las ventas en supermercados registraron una baja cercana al 28%.
Según el análisis, el retroceso en el consumo está vinculado a la devaluación ocurrida en enero de 2024 y a la falta de incrementos salariales que compensen la inflación acumulada. Aunque el informe señala que el ritmo inflacionario se encuentra contenido, la suba en los precios de los alimentos y los servicios continúa impactando en la economía familiar.
A 29 meses del inicio del gobierno de Javier Milei, el nivel de consumo aún no logra recuperar los valores registrados al comienzo de su gestión. La contracción del poder de compra y el aumento del endeudamiento doméstico configuran un panorama de persistente dificultad para los hogares argentinos.

 
                    
