La riocuartense continúa rompiendo barreras en el fútbol argentino. Tras una destacada temporada 2024, fue confirmada como Árbitro FIFA y representará a Conmebol en competencias internacionales.

La joven árbitra Belém Bevilacqua, oriunda de Río Cuarto, sigue marcando hitos en el fútbol argentino al convertirse en Árbitro FIFA. Esta designación, impulsada por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), le permitirá dirigir en eventos de talla internacional representando a Conmebol, consolidando así su carrera en el arbitraje profesional.

Bevilacqua, quien comenzará su pretemporada en Mar del Plata del 13 al 18 de enero, se ha destacado como pionera en su provincia. Fue la primera mujer cordobesa en obtener un contrato profesional con la AFA, un logro que refleja su constante esfuerzo y dedicación desde sus inicios en la Liga Regional de Río Cuarto.

Una carrera en ascenso

Con tan solo 17 años, Belém dio sus primeros pasos en el arbitraje y, a los 19, debutó en la Primera División. En 2016, obtuvo la certificación de árbitro nacional, consolidando una carrera en la que no han faltado desafíos ni grandes recompensas. Su ascenso a la Liga Profesional llegó en 2024, cuando debutó como asistente N.º 2 en el partido entre Atlético Tucumán y Newell’s Old Boys de Rosario.

Este reciente reconocimiento por parte de FIFA no solo es un premio a su talento y perseverancia, sino también un motivo de orgullo para la Liga Regional de Río Cuarto. Desde allí, destacaron su trayectoria como un ejemplo para las nuevas generaciones de árbitras que sueñan con llegar a lo más alto en el deporte.

Un año con mucho futuro

El 2025 comenzó de la mejor manera para Belém Bevilacqua porque logró cumplir uno de sus sueños y esta desiganación también es un punto de partida para seguir creciendo y consolidando su carrera en el ámbito profesional, trascendiendo las fronteras de nuestro país.

Su historia no solo representa un avance en su carrera personal, sino también un paso significativo hacia la inclusión de las mujeres en el fútbol argentino. Con cada nuevo logro, Belém Bevilacqua demuestra que el trabajo duro y la pasión pueden romper cualquier barrera, abriendo camino para un futuro más equitativo en el deporte.

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