El Gobierno apuesta a que la eliminación temporal de retenciones incremente el ingreso de divisas en el corto plazo. Productores reactivaron ventas, pero la baja del dólar amenaza con licuar beneficios y frenar operaciones.
Tras la decisión del Gobierno nacional de eliminar de manera temporal las retenciones a las exportaciones agropecuarias, el sector comenzó a mostrar señales de reactivación en las ventas. Productores retomaron operaciones con las cerealeras y se espera que en los próximos días aumente el ingreso de divisas. Sin embargo, la fuerte baja en la cotización del dólar mayorista podría frenar parte de ese impulso.
La medida se enmarca en el plan de emergencia que busca contener la volatilidad cambiaria y reforzar las reservas del Banco Central, que la semana pasada debió vender más de mil millones de dólares en apenas tres jornadas para sostener el valor de la moneda. El anuncio llegó con respaldo político externo, luego de que el presidente Javier Milei recibiera el aval del expresidente de Estados Unidos Donald Trump y del secretario del Tesoro, Scot Bessent. Ese gesto de confianza disparó una mejora en bonos y acciones, redujo el riesgo país y provocó un retroceso del dólar.
Desde el sector exportador anticipan que la liquidación de divisas crecerá, aunque advierten que el ritmo dependerá de la expectativa de los productores sobre la evolución del tipo de cambio. El Gobierno fijó como meta un ingreso de hasta 7.000 millones de dólares hasta fines de octubre, cifra que implicaría triplicar la liquidación registrada en igual período del año pasado.
En los mercados agrícolas, la soja mostró un incremento en los precios, aunque menor al esperado: mientras la quita de retenciones representa un 26% de mejora, los valores al productor subieron en torno al 15%. Además, la fuerte demanda de China —que redujo sus compras a Estados Unidos— presionó a la baja las cotizaciones internacionales.
El dólar mayorista cerró este martes en torno a los $1.369, más de cien pesos por debajo del nivel del viernes previo. Si la tendencia bajista se mantiene, podría diluir parte del beneficio de la medida e incluso demorar nuevas ventas del agro. En el Gobierno confían en que la inyección de divisas alivie la tensión cambiaria en la cuenta regresiva hacia las elecciones del 27 de octubre.