Según un informe de la organización Reporteros Sin Fronteras, el país bajó 47 posiciones en solo dos años. El informe señala a Javier Milei por atacar a periodistas, cerrar medios públicos y usar la publicidad oficial como herramienta política.

Argentina atraviesa un preocupante retroceso en materia de libertad de prensa. Según los últimos relevamienos de Reporteros sin Fronteras (RSF), el país se ubica en el puesto 87 del ranking mundial, tras caer 47 lugares en apenas dos años. Este descenso es uno de los más significativos en América Latina.

RSF apunta directamente al presidente Javier Milei, a quien acusa de estigmatizar públicamente a periodistas, desmantelar los medios públicos y utilizar la pauta oficial con fines políticos. Estas acciones, según la organización, forman parte de un giro autoritario que debilita el ejercicio del periodismo y pone en riesgo la calidad democrática del país.

El informe también alerta sobre una crisis estructural y económica que afecta al periodismo en toda la región. Entre los problemas señalados están la concentración de medios, la precariedad laboral en las redacciones, y el colapso de los modelos tradicionales de financiamiento. “La presión financiera lleva a algunos medios a alinearse con intereses políticos o comerciales, mientras otros apenas logran reproducir comunicados oficiales”, señala RSF.

En América Latina, 22 de los 28 países evaluados registraron un deterioro en su indicador económico relacionado con la prensa. Además de Argentina, los casos más preocupantes son los de Perú y El Salvador, que descendieron 53 y 61 puestos respectivamente. En contraste, Brasil mejoró su posición y se ubica en el puesto 63, gracias a un clima menos hostil para los medios tras la salida de Jair Bolsonaro.

Por otro lado, México sigue siendo el país más peligroso de la región para ejercer el periodismo, mientras que Nicaragua, Cuba, Venezuela y Haití figuran entre los peores ubicados debido a censura, violencia y persecuciones.

El informe de RSF refleja un panorama complejo para la libertad de prensa en la región, con una advertencia clara: sin un periodismo libre e independiente, se debilita la democracia.

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