El flamante doctor honoris causa de la UNRC analizó el pasado, presente y futuro de las instituciones universitarias del país. Además, se refirió al delicado presente de los trabajadores docentes y nodocentes. También expresó su confianza en la gestión de Guillermo De Rivas.
Alberto Cantero fue investido con el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Río Cuarto y, tras semejante distinción, visitó el programa NADA FAKE para dialogar sobre el significado de este homenaje, el alcance de su gestión como rector de la casa de altos estudios y el presente de las Universidades del país.
Nada Fake: ¿Qué significa para usted este título universitario y el reconocimiento que le ha hecho la UNRC?
Alberto Cantero: Orgulloso y agradecido por el doctorado, el máximo título que da la Universidad. En lo personal una alegría, un reconocimiento a un tiempo histórico muy difícil. No más difícil que el actual, los actores son otros pero la política es la misma. El reconocimiento lo recibí yo pero es para todos los trabajadores universitarios porque los cambios fueron de todos. Fue un esfuerzo grande sacar adelante la universidad en una situación difícil.
N.F: ¿Qué significado tuvo la vinculación regional en su tiempo como rector de la Universidad?
A.C: Fue sencillo llevar la universidad a la región, porque veníamos trabajando en investigaciones sobre la región. Era entender que la universidad era una parte de la región, y logramos asociarnos con 60 municipios en lo que fue ADESUR y trabajar en conjunto. Lo firmamos por 99 años a ese acuerdo con municipios, lo quería hacer a perpetuidad pero no se podía, así que fue por el máximo que se podía.
N.F: ¿Y qué es la Universidad en ese sentido? Ayer, pero especialmente hoy.
A.C: Cuando tenemos una institución muy jerarquizada, que es un centro de conocimientos reconocida en el país y en el mundo, tenes una fuerza de excelencia y de respeto. Cuando tienes una propuesta concreta para ir a buscar recursos las cosas son más sencillas. Por eso, prrimero tenemos que consolidarnos por dentro y ser buenos en lo que hacemos, segundo estar relacionados con una región y tener el apoyo concreto, tercero saber que vas a buscar e ir con ese apoyo y sello de calidad. Así lo hicimos cuando nos tocó estar en el rectorado, en esa integración donde fue fundamental el vínculo con la región.
N.F: Hasta el día de hoy se habla de la importancia de las residencias universitarias. ¿Qué significado tiene ese reconocimiento para usted?
A.C: Es muy importante. Fue posible por esa inversión compartida, una parte de municipios y otra de cooperativas. Las 400 residencias que tiene la universidad fueron las primeras en Argentina, fue pionera en tener ese vínculo con municipios que invierten en la universidad.

N.F: ¿Y cómo ve la extensión de ese trabajo hacia el presente? ¿Qué ve de la Universidad hoy en su vinculación la ciudad?
A.C: Al día de hoy veo que ha tenido continuidad el PEAM (Programa Educativo para Adultos Mayores) que iniciamos en los 90. Ayudó mucho a que, por medio de los abuelos, se integrará a la ciudad. Hoy veo una necesidad de profundizar ese vínculo con la ciudad, estamos en otra era, en otra etapa del desarrollo de la humanidad y del país. Con otras tecnologías de comunicación. Hay una necesidad de estar profundizando sobre la ciudad y sobre la región el vínculo de nuestra universidad, y ese es tarea de la universidad y de las autoridades de la región de comprender que son otros tiempos y que hay una institución que puede ser el núcleo de propuestas. Ni la universidad ni la ciudad se desarrollan solas. Se necesita de una visión integral donde haya articulación entre municipios para potenciar las enormes capacidades que tenemos. Los riocuartenses tenemos que ser capaces de producir lo que consumimos y ser capaces de producir aquellas tecnologías que están siendo utilizadas para el desarrollo de todo el centro sur de Córdoba. Y eso junto a los municipios. En síntesis, veo que en algún momento avanzamos, algo se está manteniendo, pero somos capaces de hacer mucho más y lo necesitamos hacer porque los tiempos que estamos atravesando son complejos y no nos van a venir a desarrollar desde afuera. A diseñarse una sociedad integrada, armónica con justicia y progreso para todos sólo lo podemos hacer nosotros.
N.F: El presente de las Universidades no es nada fácil. Los docentes y no docentes reclaman por mejores sueldos, mientras el presupuesto está golpeado por la inflación. ¿Qué le genera esto?
A.C: Hay que entender que la universidad existe si hay trabajadores, docentes y no docentes. Sin ellos no hay universidad, hay un edificio. No es un problema de los sueldos de los trabajadores, el problema es de todo el sistema universitario que está en crisis. La situación salarial y presupuestaria es mala, están reconduciendo un presupuesto del año pasado. El presupuesto real que es para los trabajadores está frenado. Y la propuesta de un 3% es una provocación que tiende a agudizar un conflicto, y la sociedad no quiere un conflicto, quiere centros de alto conocimiento y calidad como son las universidades.
N.F: Se habla también de las oportunidades del exterior que seducen a los jóvenes formados en el país. ¿Cree que está sucediendo otra etapa de la fuga de cerebros?
A.C: Hoy ni hace falta el traslado físico para que suceda esa fuga. Hay profesionales de alto nivel, formados en nuestras universidades, trabajando para afuera. Lo que están haciendo los países del extranjero es una succión de nuestra inteligencia, llevando nuestros recursos. Hay que poner las fuerzas en generar las condiciones objetivas y subjetivas para que las posibilidades también esté en Argentina. Y eso se hace con una propuesta concreta de desarrollo. ¿Cómo vamos a desarrollarnos cuando hay semejante saqueo? Es muy difícil. Hay que entender que no es el camino de estar endeudándonos y siendo parte de un saqueo trasnacional; que no es el camino que no tengamos oportunidades para jóvenes de altísimo calidad en conocimientos; no es el camino estar trasladando nuestros recursos naturales y estratégicos, entregar productos primarios que otros transforman en alimentos no es el camino; y no es el camino entregar minerales, el litio y el oro también, que se lo están llevando empresas. El camino es poner toda la inteligencia y capacidades, que son enormes y están en las universidades. Pero si no les pagamos para que mínimamente puedan vivir con dignidad, no van a poder estudiar o investigar.

N.F: Le tocó ser intendente de la ciudad y tener en su gabinete al actual jefe municipal, Guillermo De Rivas. ¿Cómo ha visto su llegada a ese importante rol?
A.C: Confío en él y en su capacidad de trabajo. Creo que va a sostener, consolidar lo hecho y avanzar en lo necesario. Veo que hay una necesidad de trabajar en programas de transformar todo lo que producimos, una visión estratégica de integrarse con toda la región y que lo que consumimos lo produzcamos en Río Cuarto. Esa visión de desarrollo integrado y conjunto es una tarea que creo van a encarar.
N.F: ¿Y qué puede anticiparle sobre los desafíos de esta tarea? Lo preguntamos por su experiencia al frente del Palacio de Mójica en tiempos difíciles, atravesados por la crisis del 2001.
A.C: Hay que entender que lo que se gobierna son seres humanos, personas, y entender eso te lleva a preocuparte por las cosas que lo hacen humano. Ver cómo está respecto a cuando lo recibiste. En el 2002 se dieron casi 2,5 millones de comidas, en promedio son 7 mil comidas por día. También planteamos que el comer y cualquier ayuda social no es gratis, la gente tiene que trabajar. Eso nos costó bastante con la Nación, la Municipalidad gestionaba los programas sociales y lo tenían aquellos que trabajaban en tareas que el municipio le daba. En este momento la situación de ayuda de la Nación y la Provincia es muy fuerte en la ciudad, es bueno que existan y lo que tendríamos que ver es que nada es gratis y esos programas deberían tener una contraparte del que lo recibe para estar insertados en el trabajo. La dignidad del trabajo también es un valor. Necesidad de encontrar el rumbo concreto de generar empleo, trabajo genuino y desarrollo, somos capaces de hacerlo. No nos peleemos por estupideces, todos tenemos algo para poner en una mesa de acuerdo para salir adelante. No hay que estar profundizando peleas cuando por otro lado más nos peleamos más grande es el saqueo que se hace en el país. Ser capaces de reconocernos como hermanos de esta tierra, tener optimismo y esperanza. Un pueblo triste y peleado por cosas tontas no tiene salida y futuro; un pueblo con alegria, optimismo, voluntad y ganas de hacer porque sabe que hay un mundo mejor que construir es un pueblo con destino. Somos capaces de integrarnos y trabajar juntos con optimismo y esperanza.