Hace algunas décadas se viene instalando una realidad que pone en riesgo el sentido de comunidad, fragilizándose las conductas de fraternidad y solidaridad, así como los sentimientos compartidos.
OPINIÓN
VILMA ESPAÑON
CONSEJERA DE LA PASTORAL SOCIAL
Los nuevos contextos sociales se exponen a los que pueden imponer condiciones y cobran cada vez más identidad por sobre las identidades de los más vulnerables. El mundo se globaliza y la cultura se muestra con pretensiones de modelo único, se debilita el sentido de comunidad y por momentos sentimos que estamos cada vez más solos.
El permanente estado de confrontación y división nos inclina a una sociedad donde se priorizan los intereses particulares por encima del bienestar colectivo, afectando de manera sensible el sentido de comunidad y convivencia. En este marco, la solidaridad, el compromiso social y el bien común no deberían quedar diluidos y como palabras vacías. Construir comunidad no implica, al decir de Francisco, que el que vence impone.
Sustentabilidad: Social, Cultural, Económica y Ambiental
Al rescatar la noción de ciudades sustentables, nos referimos a no perder el compromiso con el cuidado de los derechos sociales, ambientales, económicos y culturales, promoviendo sociedades integradas y orientadas hacia el bien común.
Desde la Pastoral Social, reconocer que cada dimensión de la vida humana está atravesada por una dimensión espiritual es fundamental para entender y abordar las necesidades de las personas mayores. Esta sensibilidad como parte de la Iglesia se traduce en un compromiso para acompañar con acciones concretas a este grupo vulnerable en su realidad cotidiana. El Asilo San José o el Cotolengo en nuestra ciudad, como en otros tantos puntos del planeta, tuvieron origen en esta sensibilidad para desempeñar un papel clave en la creación de redes de atención y contención centradas en los más vulnerables.
Conscientes de que vivimos un proceso histórico que nos invita a reflexionar en torno al contexto que nos atraviesa; y desde ahí poder generar ideas desde donde interrogarnos y luego hacer propuestas de políticas públicas para la ciudad. Creemos necesario evaluar dentro de Río Cuarto dónde se van asentando estos estados de vulnerabilidad y sus diversidades, para generar propuestas que restablezcan equilibrios que propicien sustentabilidad.
Hay diversidad de situaciones que actualmente nos enfrentamos como sociedad y que nos preocupan, aunque en esta oportunidad nuestro aporte será puntualmente acerca de las personas que han atravesado gran parte de su vida social y productiva, que hoy superan cierta edad y deben ser visibilizadas para generar políticas públicas que aporten a su integración social.
Francisco sostiene que “el todo es superior a la parte», haciendo referencia a la importancia de la idea de comunidad, que implica respeto por lo distinto y acciones que promuevan la integración social que redunde en beneficio de un sentido de unidad.
Si analizamos desde esta base podemos entender que los adultos mayores son uno de los grupos de personas susceptibles a ser más vulnerables, las personas de más de 65 años son un grupo heterogéneo, con estilos de vida, necesidades y procesos de envejecimiento diferentes y personales.
Es por eso que nos interrogamos acerca de esta realidad que estamos considerando: ¿Qué hábitos y conductas estamos teniendo para hacernos cargo y cuidar los diversos estados vulnerables que afectan el sentido de unidad, en particular el de los riocuartenses que transitan la edad a la que puntualmente nos referimos?
Restringidos en los espacios de aprendizajes para acceder a nuevas formas de comunicarse e informarse y con más tiempo libre, los adultos mayores desafían estereotipos y falsos mitos, cada vez más numerosos en la sociedad debido al aumento de la esperanza de vida, están expuestos a una mayor vulnerabilidad por exclusión y marginalidad.
Entonces…
- ¿Estamos ante nuevas formas de discriminación?
- ¿Serán las personas mayores quienes más van a sufrir la infoexclusión, ante el avance de las Nuevas Tecnologías y la Inteligencia Artificial?
- ¿Quedarán librados a una mayor exposición a riesgos de marginalidad social, cultural y ambiental?
- ¿Es necesario pensar en estas franjas sociales y desde ahí promover políticas públicas que propongan como objetivo acciones que disminuyan conflictos sociales, crisis económicas, el cambio climático y los cambios en el mercado laboral?
- ¿Cuál debería ser nuestra intervención para modificar esta realidad de los adultos mayores, de aislamiento socio espacial?
- ¿Estamos asumiendo estos cambios como sociedad como necesarios o solo quedan incluidos en un discurso que termina en constituir, con el paso del tiempo, palabras vacías y sin sentido?
Desde la Pastoral Social de la lglesia Católica creemos necesario abrir escenarios de deliberaciones en torno de esta problemática además de propiciar políticas públicas que reparen los desequilibrios que pueden estar generándose en desmedro de la integración.
Foto: UNL