Armando Uran, ex combatiente de Malvinas, en el marco de los 41 años de aquel 2 de abril de 1982. Desde el año 2000, la fecha es considerada como feriado nacional en conmemoración por el Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas

Un día como hoy, pero hace 41 años atrás, 23.428 jóvenes argentinos fueron enviados por el gobierno militar a las Islas Malvinas. La frase: “Si quieren venir, que vengan, les daremos batalla” de Galtieri fueron las palabras que dieron luz verde para iniciar una guerra en contra de Gran Bretaña por la soberanía de Malvinas y los espacios marítimos correspondientes.  

Armando Uran nació en Villa María, pero pasó su infancia en Ballesteros Sud. A los 18, ingresó al servicio militar obligatorio en Río Cuarto. Poco tiempo después, un 8 de abril del 82´, fue llevado a Malvinas. “Yo estaba en Poli Pass en una trinchera; estábamos bien a la deriva de dios, nuestro techo eran las estrellas y nuestra calefacción las paredes”, recordó.

Mientras tanto, el pueblo argentino estaba cubierto de mentiras por parte del gobierno de facto, el cual informaba por todos los medios nacionales que “estábamos ganando”. Por otro lado, miles de cartas, regalos, abrigos y comida enviados por familiares y toda la Argentina, nunca llegaron. “Nunca recibimos nada hasta terminada la guerra”, manifestó Uran.

Eternos 68 días después, la guerra llegó a su fin. Pero eso no fue sinónimo de volver a casa, “nos tuvieron 10 días presos”, dijo Uran. Y como si fuera poco, “tuvieron que pasar 20 años para que nos reconocieran como tales”, expresó. Los reconocimientos y pensiones para los sobrevivientes, llegaron años después. “Me dieron una obra social por ex combatiente con el gobierno de Néstor Carlos Kirchner”, agregó.

Sin embargo, Uran afirmó que “la post guerra fue peor que la guerra”. “Cuando volvimos, no nos dieron nada; solo nos dijeron que no hablemos de Malvinas”, añadió. Típico. Además, expresó que “no solo se combatía contra el enemigo de afuera, sino también con el interno”. Lo que simboliza el abuso de poder ejercido por los militares. “Nos pegaban, no nos daban a comer… Está bien que el servicio militar era obligatorio, pero no hacía falta tanto tormento”.

“Los soldados no perdimos la guerra, la perdió la dictadura cívico-militar”, expresó Uran. La guerra que consistió en la recuperación de las islas usurpadas por los británicos en 1833, fue tan solo “una aventura militar”, en palabras del ex combatiente. Más de 150 años después, el gobierno de facto inició una batalla. Reclutó a 23.428 jóvenes que estaban realizando el servicio militar obligatorio (y tortuoso). No tenían elección, se las quitaron.

Hoy Armando tiene 60 años y padece de leucemia. Vive en Río Cuarto desde 1986. Necesita donaciones de sangre (cualquier grupo). Pueden acercarse al Instituto Médico (sexto piso) ubicado en la calle Hipólito Yrigoyen al 1020.

Como muchos sabemos, las Islas Malvinas pertenecen geográficamente al territorio argentino, pero también pertenecen a Armando y a todos los jóvenes que se convirtieron de manera temprana y sin elegirlo, en nuestros héroes.

No nos olvidemos de ellas

Si bien, el 2 de abril alude a los Veteranos y Caídos de Malvinas (hombres), muchas mujeres también estuvieron ahí. Como instrumentistas quirúrgicas y enfermeras; como personal a bordo de aviones que trasladaban heridos de las islas al continente; como oficiales o personal de buques mercantes con tareas logísticas; o como parte de operaciones de inteligencia. Ellas también fueron heroínas.

Fueron 632

Otra víctima, la verdad. “Los caídos fueron 632, no 649”, expresó el ex combatiente. Los 15 fallecidos restantes hacen referencia a soldados y militares que “no murieron en las Islas, sino en el continente, por lo tanto, no deben estar junto a los muertos en combate”, añadió.

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