Un día como hoy, pero de 1966, el entonces gobierno de facto del General Juan Carlos Onganía, decidió intervenir las universidades y reprimir a estudiantes y profesores.
Durante la dictadura militar autodenominada «Revolución Argentina», de Onganía, la autonomía universitaria, no era una opción. Los años siguientes tampoco lo fueron.
Durante la noche del 29 de julio del 66′, las fuerzas militares y policiales llevaron a cabo un violento operativo en distintas facultades de la Universidad de Buenos Aires. Allí, los militares reprimieron a las autoridades, los profesores y alumnos que reclamaban en defensa de la autonomía universitaria. Los protagonistas del desalojo llevaban bastones largos, lo que dio origen al nombre del evento.
El objetivo del gobierno militar era intervenir en las universidades y poner fin a la autonomía universitaria, que había sido establecida en la Constitución Nacional. Ésta, permitía a las universidades gozar de independencia para tomar decisiones académicas y administrativas sin injerencia del gobierno.
«La Noche de los Bastones Largos» marcó un punto de inflexión en la historia de la educación en Argentina y fue ampliamente repudiada por la comunidad académica y la sociedad en general. La intervención en las universidades tuvo graves consecuencias para la calidad de la educación y la libertad de pensamiento en el país durante los años más oscuros del país. No obstante, los lápices siguieron escribiendo.
