Se cumple un nuevo aniversario de la desaparición que impactó a toda la provincia. Rosa Sabena, madre de Nicolás, recordó el triste día y afirmó: «Nada ni nadie logrará detenerme en tu búsqueda».

Corría el comienzo de septiembre del año 2008 y la ciudad de Río Cuarto comenzaba a quedar marcada por un hecho que hasta el día de hoy sigue haciendo mella. Hace ya catorce años, Nicolás Sabena se ausentaba de su casa tras una discusión con su familia y desde ese entonces ya no se lo vio nunca más.

Su desaparición fue un misterio desentramado a paso lento gracias a la intervención de su madre, Rosa Sabena, quien nunca cesó en su búsqueda y logró poner en el banquillo de acusados a los sospechosos de haber participado en el hecho.

En las últimas horas, Rosa recordó el aniversario del día en que no vio nunca más a Nicolás, expresándose a través de las redes con una carta titulada «el dolor no prescribe», la cual está dirigida a su hijo. La abogada se expresó con palabras que demuestran el profundo pesar que sigue atravesando a su familia 14 años después de lo acontecido.

“Amado hijo, hoy se cumplen 14 dolorosos años desde que sentí que algo terrible te había sucedido. Nunca pensé que no volvería a ver tu dulce mirada ni oír tu voz tan amada, nunca pensé que no volvería a estrecharte entre mis brazos, nunca pensé que alguien pudiera separarnos, nunca pensé que mi vida estaría partida en mil pedazos, nunca pensé que esta agonía sería tan larga, nunca pensé que debería pelear contra todos para poder encontrarte, nunca pensé que me harías sentir tan fuerte y agigantarías tanto mi amor”, reza la carta publicada por Rosa Sabena.

Sobre el final del escrito, la madre de Nicolás afirmó: “Es tan poderoso el amor que nos une que nada ni nadie lograra detenerme en tu búsqueda. Te amamos, te extrañamos, te vamos a encontrar hijo de mi alma”.

Justicia

Seis años después de la desaparición del joven, la Cámara del Crimen N°2 de Río Cuarto, condenó el 19 de septiembre de 2014 a tres integrantes de la familia Vargas por “secuestro coactivo agravado”. José “Pepe” Vargas Parra Miserendino recibió una pena de 17 años de prisión, su hijo, José “Yaca” Vargas –amigo de Sabena- , 18 años y su hija, Lucía Inés “Cory” Vargas, a pasar 16 años en la cárcel.

Los tres fueron condenados como coautores de “privación ilegítima de la libertad coactiva calificada por la participación de tres o más personas”, fallo que resultó icónico para delitos de este tipo y que puso un manto de paz al dolor que atravesaba a la familia Sabena.

Pese a la acción de la Justicia, Nicolás seguía desaparecido y su familia seguía buscándolo. La incertidumbre sobre el paradero del joven, lo que terminó con múltiples relevamientos en la quinta de los Vargas Parra, se cruzó con el dolor que provocó el paso del tiempo y el devenir de medidas judiciales que beneficiaron a los condenados.

En marzo de este año, el Juzgado de Ejecución Penal de Río Cuarto otorgó la prisión domiciliaria a José Francisco “Pepe” Vargas Miserendino, de 77 años. Según la resolución firmada por el juez Gustavo Echenique Esteve, José Vargas tenía la obligación de permanecer en su vivienda y estará bajo el cuidado y la responsabilidad de una tutora, conocida de la familia. También se dispuso que el lugar de residencia cuente con una línea telefónica fija.

Pese a la medida judicial que benefició a Vargas con la prisión domiciliaria, el condenado volvió a quedar tras las rejas luego de escaparse de la vivienda a comienzos de este mes. El hombre se fugó y se entregó ante la justicia luego que la Policía montara un operativo para detenerlo.

José Vargas fue el principal apuntado por la familia de Nicolás desde el comienzo de la investigación. “El 21 de septiembre de 2008 yo había denunciado la desaparición de mi hijo, pero el 19 ya había realizado una exposición judicial en donde indicaba el nombre de José Vargas Miserendino como responsable de lo que le pasaba a mi hijo”, recordó Rosa Sabena.

A pesar de eso, recién fue condenado seis años después, el 19 de octubre de 2014. En ese momento la condena fue de 17 años de prisión. Desde que el penado cumplió los 70 años de edad, empezó a pedir que se le otorgara la prisión domiciliaria, pero sistemáticamente se le negó porque Rosa Sabena había sido amenazada por el propio Vargas.

El condenado le había expresado a Rosa Sabena que cuando saliera de la cárcel la iba a hacer desaparecer como a su hijo. A pesar de ese riesgo para la madre de la víctima, la Justicia le otorgó recientemente el beneficio de la prisión domiciliaria apelando a “su avanzada edad”.

Rosa Sabena dijo que la decisión de otorgarle prisión domiciliaria demostró el mal accionar del juez de Ejecución Penal, la cual calificó como “una aberración judicial”.

La madre de Nicolás también fue contra los responsables policiales y judiciales detrás de la desaparición de su hijo. No solo se detuvo e imputó a agentes policiales que participaron de la investigación, sino que presentó un Jury de enjuiciamiento contra el fiscal Walter Guzmán.

Lo denunció por no apuntar la investigación contra la familia Vargas y porque la Policía les avisaba antes de allanarles la quinta. Luego del Jury, fue absuelto por unanimidad y continúa siendo fiscal en Río Cuarto.

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