La empresa cesa su producción de TDI por la presión del mercado asiático. La medida afecta a un tercio de sus trabajadores directos, impactando también en el polo industrial y la comunidad de Río Tercero. El gremio químico denuncia incumplimientos y prepara medidas de fuerza.
La ciudad cordobesa de Río Tercero enfrenta un duro golpe laboral y económico tras el anuncio del cierre de la planta de Petroquímica Río Tercero (PR3), la única en América Latina que producía diisocianato de tolueno (TDI), un componente clave para la fabricación de espuma de poliuretano. La decisión afecta directamente a 125 trabajadores que perderán su empleo, en un contexto de crisis y competencia desleal frente al mercado asiático.
El cierre de la planta, previsto para el lunes 14 de octubre, se enmarca en un Proceso Preventivo de Crisis que la empresa había presentado en abril. Según el comunicado oficial, la medida busca asegurar la viabilidad de las otras operaciones de la compañía, que seguirá fabricando productos químicos y policloruro de aluminio (PAC), pero dejará de producir TDI debido a la presión global de precios y la competencia de China.
Impacto social y económico
El impacto del cierre no solo afecta a las 125 familias directamente perjudicadas, sino también al conjunto de la ciudad. La fábrica militar de Río Tercero, que proveía ácido nítrico a PR3 para la producción de TDI, pierde su principal cliente, lo que podría repercutir en sus propios niveles de producción y empleo. En una localidad de menos de 50 mil habitantes, la pérdida de empleos directos e indirectos es un golpe profundo para la economía local.
Además, el gremio de los trabajadores químicos advirtió sobre la posible violación de acuerdos previos que buscaban evitar despidos. Lucas Felici, delegado del Sindicato de Químicos, calificó de “absurda” la decisión empresarial y denunció que los trabajadores fueron impedidos de ingresar a la planta el miércoles por la noche, incumpliendo un acuerdo reciente firmado en el Ministerio de Trabajo.
La respuesta gremial
Desde las primeras horas del jueves, los trabajadores se concentraron en la entrada de la planta, en estado de alerta. Felici aseguró que la empresa no solo incumplió con las promesas laborales, sino que además está poniendo en riesgo la seguridad de la planta al impedir el acceso de los trabajadores especializados.
«Esto recién empieza, estamos preparados para batallar todo lo que se venga», afirmó el gremialista, advirtiendo que los telegramas de despido aún no llegaron, pero que la empresa ya tomó todas las medidas habituales en estos casos, como el cierre de la planta y la presencia de fuerzas de seguridad.
Crisis global y consecuencias locales
Petroquímica Río Tercero, que pertenece al grupo Piero, enfrenta dificultades debido a la transformación global de la industria del TDI, liderada por la sobreproducción en plantas de gran escala en Asia. Este escenario, sumado a la caída del consumo local, ha debilitado la competitividad de la planta riotercerense, que cuenta con una capacidad productiva limitada frente a sus competidores internacionales.
El cierre de la producción de TDI en Río Tercero marca el fin de una etapa crucial para la empresa y para el polo industrial de la región, que enfrenta ahora el desafío de adaptarse a las nuevas condiciones del mercado global. Mientras tanto, la comunidad local queda a la espera de una respuesta definitiva sobre el futuro laboral de sus habitantes.