Las exportaciones agroindustriales de Argentina experimentaron un crecimiento notable del 19% en el primer semestre de 2024 en comparación con el mismo período del año anterior, según el reciente Monitor de Exportaciones Agroindustriales publicado por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA). Sin embargo, este avance no está exento de desafíos que limitan el potencial de crecimiento del sector en el mercado global.
Las cadenas agroindustriales son un pilar fundamental para la economía argentina, generando 6 de cada 10 dólares que ingresan al país. En el primer semestre de 2024, las exportaciones agroindustriales alcanzaron los 24 mil millones de dólares, cifra vital para mantener el equilibrio económico y fomentar el empleo. Productos como el limón, el maní y el maíz posicionan a Argentina en los primeros puestos del ranking mundial de exportadores, junto con el jugo y aceite de limón, y el aceite de soja.
A pesar de estos logros, Nicolle Pisani Claro, Economista Jefe de FADA, advirtió: «Hay buenas y malas noticias: la buena es que las exportaciones del agro crecieron un 19% respecto al primer semestre 2023, la mala es que detectamos muchas trabas para seguir creciendo, lo que genera poco incentivo para que haya más inversiones, se genere más empleo y entren más dólares».
El informe de FADA identifica cuatro principales obstáculos que impiden a Argentina mejorar su posicionamiento en los mercados internacionales: la falta de acuerdos comerciales internacionales, la excesiva burocracia administrativa, los derechos de exportación y el atraso cambiario.
Natalia Ariño, Economista de FADA, señaló: «Detectamos que Argentina viene de un estancamiento de muchos años respecto a la cantidad de países con los que comercializa». Con solo 8 acuerdos comerciales internacionales, Argentina se encuentra en desventaja frente a otras economías como la Unión Europea, que cuenta con 40 acuerdos, o Chile, con 32.
La burocracia y los trámites administrativos excesivos también representan un freno significativo para la producción y exportación. «Es necesario agilizar el proceso para que la economía crezca», agregó Ariño. Además, los derechos de exportación o «retenciones» aumentan la presión impositiva sobre el sector, reduciendo la competitividad y el desarrollo regional.
El atraso cambiario, producto de un tipo de cambio oficial que no sigue el ritmo de la inflación, desincentiva las exportaciones al hacerlas menos competitivas en el mercado internacional, favoreciendo las importaciones.
El podio mundial argentino
Argentina destaca en el mercado global, ocupando los primeros puestos como exportador de jugo y aceite de limón, aceite de soja, maní, porotos, yerba, maíz y harina de soja. La carne vacuna argentina también es muy valorada, llegando a las mesas de más de 50 países, con exportaciones que suman 1.750 millones de dólares en el primer semestre de 2024.
El informe de FADA también subraya la concentración regional de las exportaciones. La Patagonia se especializa en productos pesqueros, peras y manzanas, mientras que la región pampeana se centra en soja, maíz y carne. En Cuyo, predomina la vitivinicultura, y en el NOA y NEA, los productos destacados son el limón, porotos, garbanzos, té y yerba.
Perspectivas para 2024
Según FADA, las expectativas para el resto de 2024 son mixtas: mientras que la demanda internacional se mantendría estable, la competitividad cambiaria se ve afectada negativamente. Sin embargo, se prevé un aumento en las exportaciones en comparación con 2023, año que fue golpeado por la sequía. Las estimaciones sitúan las exportaciones en un rango de entre 45 mil y 50 mil millones de dólares para el final del año.
En conclusión, si bien las exportaciones agroindustriales argentinas muestran un crecimiento significativo, es crucial abordar los desafíos identificados para maximizar su potencial y consolidar a Argentina como un líder en el comercio global.