El candidato del oficialismo local se presentó formalmente con el sello de la alianza que comanda Martín Llaryora a nivel provincial. Adriana Nazario considera presentarse por fuera.

El pasado jueves, Guillermo De Rivas se presentó como candidato a intendente frente a un auditorio integrado por funcionarios, empresarios e influeyentes de las instituciones locales. Más allá de su discurso y el foco en las medidas seguridad que prevé implementar de llegar al máximo cargo municipal, el actual secretario de Gobierno destacó por una particularidad que no pasó desapercibido: la presentación lo mostró como el elegido de Hacemos Unidos por Córdoba, el oficialismo provincial.

No es ningún secreto que el oficialismo local -con el peronismo como punta- está cruzado por una interna generada por la importante cantidad de nombres que pretendían hacerse con el aval del intendente Llamosas para convertirse en sucesores naturales del proceso que inició en 2016. En la larga lista, dos nombres se cortaron del resto, uno es el de Guillermo De Rivas y otro el de Adriana Nazario.

En ese sentido, la referenta de La Militante ayer quizá se topó con la prueba cabal de que no cuenta con el apoyo del oficialismo cordobés en esta puja por la candidatura. Si el sello de Hacemos fue cedido a De Rivas para el inicio oficial de su campaña como candidato, quedó demostrado que ya no corría una carrera pareja y que las encuestas a las que Llamosas acudiría para definir un sucesor ya habían dado su veredicto.

No quedan dudas: De Rivas es el candidato de la Municipalidad local y también el de Martín Llaryora, quien está a la espera de que se limen asperezas para intervenir directamente en la campaña municipal. Hay versiones que señalan cierta «prescindencia» del gobernador cordobés para evitar quedar pegado a un enfrentamiento entre peronistas, pero la acción del sello oficial casi que termina por descartarlo.

Del lado de Nazario, las últimas acciones del frente llamosista habrían terminado de afirmar la intención de competir «por fuera». La ex diputada parece decidida a convertirse en intendenta más allá de las condiciones que impone el escenario actual de alianzas y sellos. Sin embargo, desde su equipo afirman que «falta» para tener una definición, aunque la semana próxima podrían haber novedades.

En el PJ Córdoba miran esto con preocupación: si el peronismo se divide entre De Rivas y Nazario, el objetivo de ganar el primer test electoral de la era Llaryora podría quedar en riesgo.

¡Viralizalo!