Con científicos de Suiza, Islandia, Japón e Italia está en búsqueda de una nueva teoría. Compararán regiones volcánicas de distintas partes del planeta. Este joven investigador que vive en Las Higueras hará un doctorado en la ETH Zurich, una de las universidades líderes del mundo. Aportará muestras de la Sierra del Valle Fértil -San Juan-, lugar único que preserva rocas de la corteza terrestre que se formaron a gran profundidad y ahora están expuestas en la superficie.

Un equipo de científicos de diferentes lugares del mundo procura explicar cómo funcionan los sistemas volcánicos desde la base de la corteza hasta la superficie terrestre. De ello, poco se conoce hasta ahora, por lo que se espera que los resultados den lugar a una nueva teoría.

Uno de los cinco investigadores del mundo que fueron elegidos para conformar este grupo es Emanuel Giovanini (26), geólogo, egresado de la Universidad Nacional de Río Cuarto, que acaba de realizar una maestría en la Universidad de Baylor -Estados Unidos-.

El proyecto se llevará a cabo en provincias volcánicas activas y antiguas de distintos sectores del mundo, como Argentina, Islandia, Suiza, Grecia, Japón y Estados Unidos. Incluye una combinación de trabajo de campo, análisis geoquímicos y petrológicos de muestras naturales y posiblemente experimentales, además de modelos numéricos, para descifrar los procesos dominantes que ocurren en esos lugares.

¿Cómo se originan y evolucionan los sistemas volcánicos? Es la pregunta que desvela al joven que vive en Las Higueras, quien ahora viaja a Europa para enlistarse en la ETH Zúrich, allí donde se formó el mismísimo Albert Einstein.

Una quimera que comienza. Con las expectativas a flor de piel, este trotamundos apasionado por los volcanes explicó la necesidad de comprender la composición y la estructura interna de la Tierra y los procesos a través de los cuales ha ido evolucionando a lo largo del tiempo geológico.

Estudia antiguos volcanes que estuvieron activos hace millones de años en el oeste de Argentina, puntualmente en la sierra del Valle Fértil, San Juan, para contribuir a la generación de un nuevo modelo que pueda explicar cómo funcionan los sistemas volcánicos. De allí recogerá muestras que luego analizará en Suiza; es un sitio único, puesto que preserva rocas de la corteza terrestre que se formaron a gran profundidad y ahora están expuestas en la superficie. Similares características hay en el norte de Afganistán, en Kohistan, territorio al que los científicos no pueden acceder desde hace 20 años a causa de la ocupación del movimiento integrista musulmán de los talibanes, considerado un grupo terrorista.

El trabajo incluye un muestreo desde la cima hasta la base de los viejos volcanes. Este método directo permite el acceso a rocas de hasta 50 metros de profundidad, lo cual genera un cúmulo de información que los actuales métodos indirectos de la geofísica no aportan. Luego, los datos serán comparados con los de volcanes actuales.

Cuatro años entre Zúrich y San Juan

Es uno de los cinco investigadores seleccionados para realizar el doctorado en la Escuela Politécnica Federal (ETH) de Zúrich. Emanuel Giovanini soñaba con ser científico y conocer el mundo cuando era pequeño. En esa búsqueda, se hizo geólogo y una fulgurante carrera lo lleva ahora a una de las universidades líderes del mundo.

Allí se adentrará en novedosos datos que encierran esas grietas de la corteza terrestre cargadas de historia. Así, busca conocer cómo funcionan los volcanes activos. El fin último es apuntalar la anticipación, prevención y atenuación de daños en las comunidades que viven cerca de los centros volcánicos.

“Voy a estar estudiando la conexión entre los procesos volcánicos –superficiales- y plutónicos -internos de la corteza terrestre-. Haré un trabajo de campo en la Sierra del Valle Fértil, San Juan, un lugar único, en el que se preservan los restos de un antiguo sistema volcánico, de 460 millones de años; desde la corteza inferior -50 km- a la corteza superior -15 km-”, explicó Giovanini, dejando entrever que está en ebullición su pasión científica por la montaña y las claras demostraciones de esa poderosa fuerza natural a lo largo de miles de millones de años y, con ello, la composición y la estructura interna de la Tierra y los procesos a través de los cuales fue evolucionando.

El grupo de investigación liderado por el doctor Juan Otamendi -del Instituto de Ciencias de la Tierra, Biodiversidad y Ambiente (ICBIA, Conicet -UNRC)- viene estudiando desde hace algunos años este sector. “La idea es continuar con este proyecto, pero comparando esta sección de la corteza única en el mundo con otro sector muy bien estudiado en los Alpes. Se tratará de generar un nuevo modelo que pueda explicar cómo funcionan los sistemas volcánicos desde la base de la corteza hasta la superficie”, indicó el investigador.

La Escuela Politécnica Federal de Zúrich es una universidad pública pionera en investigaciones en Europa y en todo el mundo. Su campus está en la ciudad suiza de Zúrich, donde se la conoce simplemente como la ETH. Su renombre se debe a los muchos científicos que han pasado por sus aulas y laboratorios, de los cuales contabiliza veintiún premios Nobel en sus más de ciento cincuenta años de existencia; entre los más famosos está Albert Einstein.

Emanuel Giovanini logró una de las becas para alumnos del doctorado sobre el estudio de la dinámica de los sistemas magmáticos transcrustales. Las investigaciones del Departamento de Ciencias de la Tierra (D-ERDW) de ETH Zurich apuntan a lograr una comprensión profunda de los dominios del planeta, desde el interior de la Tierra hasta los continentes, los océanos, la biosfera y la atmósfera. Cuentan con instalaciones de última generación y grandes grupos científicos. Los proyectos de doctorado, financiados por la Fundación Nacional Suiza para la Ciencia, son coordinados por el profesor Olivier Bachmann, cuyo grupo trabaja en colaboración con estudiosos de, entre otros lugares, Suiza, Estados Unidos, Japón, países de América del Sur, Grecia e Islandia.

Giovanini acaba de desarrollar una nueva técnica analítica, denominada termobarometría elástica, que utiliza las propiedades flexibles de los minerales para calcular las condiciones de temperatura y presión a las que se formaron las rocas. Lo hizo en el marco de la maestría que finalizó recientemente en la Universidad de Baylor -Texas-. En ese proyecto también trabajó con rocas del Valle Fértil, las cuales previamente habían sido estudiadas con otras metodologías convencionales.

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