En tres horas se puede envejecer sin más o tratar de aprender. De 16 a 19, el miércoles 11 de octubre, quienes quieran pueden tomar la segunda opción en un taller gratuito que dará Sol Rodríguez Maiztegui. El tema: “La gerocomunicación en el siglo del envejecimiento poblacional”.

Organizado por el Observatorio de Derechos Humanos y la Coordinación de Medios institucionales de la Universidad Nacional de Río Cuarto, el taller será una oportunidad para reflexionar sobre espacios y rótulos que suelen dárseles a las personas mayores en televisión, principalmente, y otros ámbitos de comunicación masiva.

Se sabe que los rótulos ejercen poder. En las escuelas se suele llamar la atención respecto del daño capaz de causar alguien que usa remoquetes en su trato con otro, que a veces acepta en silencio, otras estalla y casi siempre sufre. “El que nomina domina”, es una frase que a menudo se aplica para ilustrar la incidencia de las denominaciones.

Pues bien, las etiquetas desfavorables se construyen en la interacción cotidiana y con la misma frecuencia es factible bregar para dejar de usarlas. ¿Cómo? A diferencia de lo que se ha registrado en un informe de cinco canales de TV abierta y cable de Buenos Aires: de un total superior a 20 mil noticias, apenas el 1.5 por ciento concierne a personas mayores; de este subtotal, la mayoría remite a cuestiones previsionales, de salud o delictivas. Es decir, son rotulados como frágiles, descuidados o víctimas.

Rosa Cattana, titular del Observatorio de DD.HH. de la Universidad, indicó que el taller ayudará a saber cómo referir a las “personas mayores”  y en qué marco situarlas para no incurrir en discriminación. Quienes vayan a la actividad del miércoles aprenderán que términos como “jubilados, clase pasiva, abuelos, tercera edad” son desaconsejados pues “desempoderan”. Lo propio efectúan íconos “de una viejita con rodete o de un viejito con un bastón” en tanto que estereotipos de los mayores.

La responsable del observatorio sabe que “el deterioro existe”, que no se camina igual de rápido a los 70 que a los 30, pero plantea lo que, no por obvio es contemplado: “El envejecimiento no es igual para todos”. Sin idealizar, asume que también entre las personas mayores hay deleznables, genocidas entre ellos. Y propone una mirada equilibrada en la que “sin rendirles homenaje” por portación de edad, tampoco por eso se rechace a los adultos mayores.

Proceso de inclusión

A cuento de la mirada de los medios, basta leer críticas y los pronósticos sombríos que por su edad se elaboran respecto de Joe Biden y Donald Trump, que asoman como los contrincantes para las elecciones presidenciales 2024 de Estados Unidos.

No se trata de desconocer la expectativa de vida que en promedio tienen las naciones.

El punto está en evaluar otros atributos, entre ellos la responsabilidad y el entusiasmo. Sin ir más lejos, hay alumnos del Programa Educativo de Adultos Mayores de la UNRC que avisan si un día no pueden concurrir y se sienten en falta aun si se ausentan porque la presión arterial les subió a 19. Mientras, hay algunos veinteañeros incapaces de cumplir mínimos compromisos, qué decir de avisar que han dejado pagando a quien había confiado en ellos.

De ahí que, como recuerda Cattana, para no caer en el viejismo se opte por estrategias como “el curriculum ciego”, en el cual no se consigna la edad de una persona.

“No es utópico pensar en que aumenten los puestos laborales para los mayores”, dijo y mencionó un proyecto que está en Diputados por el cual se prevén beneficios a empresas que incorporen a personas de más de 50 años, iniciativa que cuenta con el aval del Consejo Superior de la UNRC.

La idea, claramente, es incluir. De modo análogo el proyecto de ley genera alicientes a empleadores que incorporen personas trans. El cupo trans, cabe recordar, es al igual que el destinado a personas con discapacidad, una de las premisas que tiene la Universidad para su vida institucional presente y futura.

Acerca de Rodríguez Maiztegui

Sol Rodríguez Maiztegui fue reconocida por el programa Década (2021-2030) de las Naciones Unidas para el Envejecimiento Saludable como una de las 50 líderes mundiales por sus acciones en esta línea. Este tributo reconoció su labor en el proyecto El Club de la Porota, desde el cual genera iniciativas que tienen como protagonistas a los mayores.

El tema no es menor: 2025 está a la vuelta de la esquina y para entonces se prevé más población que supere los 65 que menores de 5 años.

Los interesados en cursar el taller pueden anotarse escribiendo a: observatorioddhh@ac.unrc.edu.ar

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