«No vemos al gobierno local ni provincial tomar medidas sobre este enorme problema que sigue creciendo», expresó la diputada nacional por Córdoba e integrante del Frente de Todos, Gabriela Estévez.

Desde hace más de dos meses el lago San Roque presenta una superficie cubierta de algas color verde y manchas azuladas. El olor que emana es insoportable, producto de las algas en estado de putrefacción, convirtiendo a este espejo de agua en un verdadero “pantano nauseabundo”.

Según la ONG Adarsa, el vertido directo o indirecto de más del 70% de los líquidos cloacales son fuente de nitrógeno y fósforo que generan la proliferación de estas algas y cianobacterias.

En este marco, la diputada nacional por Córdoba, Gabriela Estévez, manifestó que «la situación de nuestro lago San Roque es realmente preocupante, tiene más de 900 has. contaminadas con bacterias tóxicas, esto significa el 60% de su superficie total».

Ante esta situación cuestionó la falta de acción del Gobierno provincial y de la Municipalidad de Córdoba. «No vemos al gobierno local ni provincial tomar medidas sobre este enorme problema que sigue creciendo», expresó la legisladora del Frente de Todos.

Más allá de la cuestión política, son numerosos los estudios publicados por distintas instituciones científicas o de especialistas que advierten sobre la situación del lago San Roque respecto a su contaminación. Ahora se sumó otra investigación elaborada por el Instituto de Altos Estudios Espaciales Mario Gulich (IG), perteneciente a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y a la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

El trabajo fue elaborado por la becaria del CONICET Alba German, en el marco del Doctorado en Geomática y Sistemas Espaciales del IG, dirigida por Marcelo Scavuzzo y Anabella Ferral. Según sus resultados, los incendios y la falta de planeamiento urbano serían los principales factores que explican el crecimiento de la eutrofización de este embalse que es el principal reservorio de agua potable de la ciudad de Córdoba.

La investigación revela que en el San Roque hay un proceso de contaminación orgánica generado por un exceso de nutrientes, en mayor medida nitrógeno y fósforo, que en este caso estaría generado por el ingreso de residuos cloacales sin un tratamiento adecuado.

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