Con apoyo de bloques aliados y pese a la resistencia del peronismo, el oficialismo logró aprobar una reforma que redefine la relación entre el fisco y los contribuyentes y modifica aspectos centrales del régimen penal tributario.
En el marco del debate por el Presupuesto 2026, el Senado convirtió en ley el proyecto de Inocencia Fiscal, una de las piezas centrales del paquete de reformas tributarias impulsado por el Ejecutivo. La norma fue sancionada luego de un extenso debate de casi ocho horas, en una sesión en la que La Libertad Avanza contó con el acompañamiento de bloques provinciales, la UCR, el PRO y tres senadores peronistas, lo que permitió también la aprobación de la denominada “ley de leyes”.
La iniciativa obtuvo 43 votos afirmativos y 26 negativos. En la votación se registraron tres ausencias dentro del peronismo: el catamarqueño Guillermo Andrada, el riojano Sergio Uñac y la cordobesa Alejandra Vigo. Más allá de esas bajas, el justicialismo votó mayoritariamente en contra, aunque no logró frenar el avance del proyecto ante el respaldo unánime del resto de los bloques.
La Ley de Inocencia Fiscal propone una modificación de fondo en el vínculo entre el Estado y los contribuyentes, con impacto directo en cuestiones sensibles como el uso de los llamados “dólares del colchón”, el Impuesto a las Ganancias, el esquema de multas y los regímenes de moratoria por deudas impositivas. Si bien el texto no incorpora de manera explícita un blanqueo de capitales, introduce cambios en normas tributarias y penales que, según sus impulsores, limitan el accionar persecutorio del Estado en casos de evasión de menor cuantía y redefinen los criterios de control y sanción.
Uno de los puntos centrales es la actualización de los umbrales que determinan cuándo una infracción fiscal pasa del ámbito administrativo al penal. Esos montos, que habían quedado desactualizados desde 2017, se elevan de manera significativa: la evasión simple pasa a considerarse delito a partir de cifras cercanas a los 100 millones de pesos, mientras que la evasión agravada se fija en torno a los 1.000 millones. El texto también contempla una revisión de las multas, cambios en los plazos de prescripción y un tratamiento diferencial para contribuyentes cumplidores, con el objetivo de brindar mayor previsibilidad en la relación con la administración tributaria.
La ley incorpora además un régimen voluntario de declaración jurada simplificada del Impuesto a las Ganancias para personas humanas y sucesiones indivisas que no superen determinados niveles de ingresos y patrimonio. En ese esquema, la autoridad fiscal confecciona la declaración en base a la información disponible y, si el contribuyente cumple con el pago en término, queda liberado de otras obligaciones formales, salvo que se detecten errores graves con posterioridad.
Desde el oficialismo destacan que la norma se apoya en el principio de inocencia fiscal, al considerar a los contribuyentes como cumplidores salvo prueba en contrario, y que limita la posibilidad de iniciar acciones penales cuando las deudas son regularizadas antes de una denuncia formal. También se establece que, si prescriben las facultades del fisco para determinar o exigir un tributo, se extingue la acción penal asociada, lo que acota la persecución estatal en determinados casos.
Otro aspecto relevante es la actualización periódica de los montos del régimen penal tributario, que a partir de 2027 se ajustarán anualmente según la variación de la Unidad de Valor Adquisitivo (UVA), con publicación oficial para evitar distorsiones. A ello se suma una reducción significativa de multas administrativas para personas humanas y pequeñas y medianas empresas en situaciones específicas.
Aunque la ley no modifica la estructura del Impuesto a las Ganancias ni crea un blanqueo formal, el Gobierno sostiene que el nuevo marco reduce el riesgo de inspecciones por incrementos patrimoniales no justificados y facilita la formalización de activos, marcando un cambio de paradigma en la política tributaria y en la relación entre el Estado y quienes pagan impuestos.
