Con apoyo de bloques dialoguistas, radicales, el PRO y un sector del peronismo, el oficialismo sancionó la “ley de leyes” tras una sesión extensa y tensa, marcada por el debate sobre educación, ciencia y universidades.

El Senado de la Nación aprobó este viernes y convirtió en ley el Presupuesto 2026 impulsado por el gobierno de Javier Milei, en lo que representa el primer gran triunfo legislativo del oficialismo en 2025. La votación en general se resolvió con 46 votos afirmativos, 25 negativos y una abstención, permitiéndole al Ejecutivo contar por primera vez, en dos años de gestión, con la denominada “ley de leyes”.

Además de los senadores de La Libertad Avanza, acompañaron la iniciativa los bloques de la Unión Cívica Radical, el PRO, un grupo de peronistas referenciados en Convicción Federal y legisladores alineados con gobernadores o que actúan con autonomía en la Cámara alta. En contraste, el bloque Justicialista que conduce José Mayans, alineado con Cristina Fernández de Kirchner, rechazó en su totalidad el proyecto que había obtenido media sanción en Diputados la semana anterior.

Uno de los ejes centrales de la discusión estuvo en los artículos más sensibles del texto. El denominado Capítulo 2, que concentraba buena parte de las dudas entre los aliados del Gobierno, fue aprobado por 42 votos a favor, 28 en contra y dos abstenciones. Allí se incluyeron los artículos 12 y 30, que generaron fuertes cruces durante el debate. El primero fija en 4,8 billones de pesos los recursos para las universidades nacionales, aunque establece condiciones para acceder a esos fondos. El segundo deroga los porcentajes mínimos de inversión en educación, ciencia y técnica fijados por ley, incluyendo el 6% del PBI para educación y el sendero de aumento progresivo para ciencia y tecnología.

La sesión comenzó pasado el mediodía, presidida por la vicepresidenta Victoria Villarruel, y se extendió durante varias horas en un clima de alta tensión política. El kirchnerismo utilizó reiteradas cuestiones de privilegio para cuestionar el proyecto, anticipando un escenario de confrontación. José Mayans fue una de las voces más críticas y sostuvo que el Presupuesto estaba “desactualizado” y no reflejaba la realidad económica, cuestionando tanto la previsión inflacionaria como la consistencia general del programa económico.

Desde la UCR, el senador Maximiliano Abad acompañó la votación en general pero rechazó el capítulo referido a educación y ciencia, al advertir que implicaba “condenar a la Argentina a la mediocridad”. En sentido contrario, la senadora Beatriz Ávila, del bloque Independencia, reconoció que el Presupuesto “no es ideal”, pero defendió su aprobación como una herramienta clave para brindar previsibilidad y evitar un tercer año consecutivo sin una ley de gastos y recursos.

El cierre del debate estuvo a cargo de la jefa del bloque oficialista, Patricia Bullrich, quien planteó el Presupuesto como algo más que una herramienta económica. Aseguró que se trata de un punto de partida para “refundar una historia emocional de la Argentina”, dejando atrás ciclos de frustración y resignación, y reivindicó el esfuerzo como valor central del nuevo rumbo económico.

Con esta sanción, la Casa Rosada cerró el año legislativo con una señal política de fortaleza, apalancada en la nueva correlación de fuerzas surgida tras las elecciones de medio término. Para el oficialismo, la aprobación del Presupuesto 2026 no solo ordena el esquema fiscal del próximo año, sino que también refuerza la capacidad del Gobierno para avanzar con su agenda económica en un Congreso hasta ahora esquivo.

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