Así lo afirmó la economista Marianela Gómez, quien analizó el presente económico del país, el impacto de la inflación, las reformas planteadas por el Gobierno nacional y las expectativas de las familias en un contexto de consumo deprimido y bajo nivel de actividad.

La licenciada en Ciencias Económicas y docente de la UNRC señaló que la inflación, que se ubicó en 2,3% según el último dato del INDEC, “parece estabilizada alrededor del 2%”, aunque advirtió que este indicador “no refleja el costo de vida real” debido al peso creciente de los alquileres y los servicios públicos en el presupuesto familiar. Esto, afirmó, mantiene el poder adquisitivo deteriorado y se manifiesta en “un mercado muy deprimido”, con caídas en el consumo minorista, la industria y la construcción.

Respecto al rumbo económico, la economista consideró que no hay una estrategia clara de desarrollo y que las medidas adoptadas muestran una orientación centrada en “retornar a los mercados financieros internacionales” y en apostar al crecimiento de los sectores primarios exportadores. Sin embargo, observó que estos sectores “son altamente tecnificados, concentran actividad y no generan empleo”, lo que limita el impulso al mercado interno.

Consultada sobre la reforma laboral que impulsa el Gobierno, Gómez fue categórica: “No va a atraer inversiones ni mejorar el empleo”. Recordó que experiencias previas de flexibilización en Argentina “no redujeron el desempleo” y que, a nivel global, estos cambios “no generan mejoras en el mercado laboral”. Según explicó, las inversiones responden fundamentalmente al crecimiento económico: “Las empresas invierten cuando ven que hay mercado, no por señales ni expectativas”.

En relación con la reforma impositiva anunciada por el oficialismo, sostuvo que Argentina necesita cambios, pero en una dirección progresiva que alivie la carga sobre los sectores de menores ingresos y simplifique el esquema para los sectores productivos. Sin embargo, consideró poco probable que las modificaciones vayan en ese sentido y advirtió que eliminar impuestos implicaría perder recaudación y comprometer el superávit fiscal, uno de los principales argumentos del Gobierno.

Al ser consultada sobre las expectativas de las familias frente a la dificultad de llegar a fin de mes, Gómez se mostró escéptica. Indicó que no observa medidas orientadas a mejorar los indicadores reales de la economía, y que la contención de la inflación se sostiene por la recesión y la estabilidad del tipo de cambio. “No veo una preocupación por mejorar estos indicadores”, afirmó.

Finalmente, señaló que las políticas de ajuste solo pueden sostenerse por un tiempo acotado antes de que la sociedad busque alternativas. “La promesa de recuperación se vuelve muy lejana”, sostuvo, y consideró que ese será un factor clave en las decisiones futuras de los argentinos.

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