La salida del economista liberal como candidato de La Libertad Avanza en Buenos Aires abre un dilema logístico y político: qué hacer con las boletas ya impresas para las elecciones del 26 de octubre. El costo de volver a imprimirlas podría superar los 15 mil millones de pesos y el tiempo disponible es escaso.

La renuncia de José Luis Espert a su candidatura a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires generó un nuevo foco de tensión política y operativa en la previa de las elecciones generales del 26 de octubre. Con las boletas únicas ya impresas y listas para ser distribuidas desde el 29 de septiembre, ahora el interrogante pasa por si se mantendrán o si deberán reimprimirse sin el nombre ni la imagen del economista liberal.

Según estimaciones preliminares, el costo de una reimpresión total rondaría los 15 mil millones de pesos, un gasto difícil de asumir a solo tres semanas de los comicios y en un contexto de fuerte ajuste fiscal. A eso se suma la complejidad del proceso: antes de imprimir nuevas boletas, la renuncia de Espert debe ser formalizada y aceptada por la Justicia Electoral, lo que daría paso a una audiencia con los apoderados de todas las fuerzas políticas para aprobar el nuevo diseño.

“Recién entonces podría enviarse a impresión, si el calendario lo permite”, advirtieron fuentes electorales.

Desde la oposición, surgieron críticas inmediatas ante la posibilidad de destinar fondos públicos a una reimpresión. El diputado socialista Esteban Paulón presentó un proyecto para impedirlo, argumentando que “La Libertad Avanza pretende que el costo de su impericia y encubrimiento frente a casos de corrupción lo pague la sociedad”. La iniciativa, respaldada por Mónica Fein, propone que, de realizarse la reimpresión, el gasto sea absorbido por la alianza oficialista.

En sintonía, los legisladores de Fuerza Patria Jimena López y Sebastián Galmarini también cuestionaron la medida. Galmarini recordó que “en 2023 imprimir boletas costó el equivalente a 34.000 millones de pesos y en 2025 ya supera los 43.000 millones más IVA”, y advirtió que “una nueva tirada sumaría otros 14.000 millones”. López, en tanto, calificó la situación como “un despilfarro” y señaló: “No hay plata para jubilados ni universidades, pero sí para tapar el error político de Milei”.

Mientras tanto, el presidente Javier Milei respaldó públicamente a Espert, asegurando no tener “dudas sobre su honorabilidad” y denunciando una “operación kirchnerista” detrás del escándalo que lo salpicó.

Sin embargo, especialistas en derecho electoral señalan que no sería necesario volver a imprimir las boletas. El abogado Diego Hernán Armesto, experto en Derecho Constitucional, explicó que “si un candidato renuncia, la boleta sigue siendo válida”. Según el jurista, “solo se reimprimiría si se quisiera modificar la foto o el nombre, pero desde el punto de vista jurídico la boleta única sigue teniendo validez”.

De esta manera, el oficialismo enfrenta no solo un golpe político por la baja de Espert, sino también una disyuntiva administrativa y económica que podría ponerlo nuevamente en el centro de la controversia: mantener las boletas tal como están o destinar millones a su reimpresión en medio de un escenario de austeridad.

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