El informe del IIEP-UBA advierte que el Salario Mínimo Vital y Móvil perdió más de la mitad de su poder adquisitivo respecto del pico de 2011. En paralelo, el empleo formal privado continúa en retroceso y agrava la debilidad del mercado laboral.
El poder adquisitivo del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) volvió a retroceder en agosto y alcanzó su valor más bajo en casi un cuarto de siglo. De acuerdo con un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA, coordinado por Roxana Maurizio y Luis Beccaria, el salario mínimo cayó 0,5% en términos reales durante el mes y acumula una contracción del 32% desde noviembre de 2023.
El estudio elaborado por el Área de Empleo, Distribución e Instituciones Laborales (EDIL) advierte que el SMVM actual se ubica por debajo del nivel previo al colapso de la convertibilidad en 2001 y que perdió un 62% de su poder de compra respecto del máximo histórico alcanzado en septiembre de 2011.
Según el análisis, la caída del salario mínimo real comenzó en diciembre de 2023, cuando la inflación posterior a la devaluación provocó una baja del 15%, seguida por otra del 17% en enero. Aunque en los meses siguientes hubo incrementos nominales, no lograron revertir la pérdida acumulada. En lo que va de 2025, el retroceso llega al 3,7%.
El informe también detalla un deterioro del mercado laboral formal. En junio de 2025 —último dato disponible— se perdieron 12.200 puestos de trabajo en el sector privado, mientras que el empleo público creció en 7.800. En total, el empleo asalariado formal registró una pérdida neta de 4.100 puestos, con 10,11 millones de trabajadores registrados según el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA).
Entre septiembre de 2023 y julio de 2024 el empleo formal mostró una caída sostenida, luego cierta estabilidad hasta marzo de este año y una nueva baja en los meses siguientes. En comparación interanual, junio de 2025 presentó 18.000 empleos menos que en junio de 2024 (-0,2%) y casi 190.000 menos que en noviembre de 2023 (-1,8%).
Los autores del informe advierten que la combinación entre pérdida del poder adquisitivo y destrucción de empleo formal profundiza la fragilidad del mercado laboral argentino. La falta de actualización del salario mínimo frente a la inflación y la contracción del trabajo privado impactan directamente en el consumo interno y en la capacidad de recuperación de la economía.
