Empleados de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, nucleados en ATE, declararon el estado de alerta y movilización por los recortes presupuestarios y la paralización de proyectos estratégicos. Denuncian una pérdida del 65% del presupuesto real y una reducción del 20% del personal. “Hay un ensañamiento particular contra el organismo”, afirmaron los trabajadores.
La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) atraviesa una crisis profunda. Este viernes, los trabajadores y trabajadoras del organismo, agrupados en la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), realizaron una asamblea nacional en la que resolvieron declararse en “estado de alerta y movilización” frente al ajuste que, aseguran, golpea fuertemente al sistema científico y tecnológico.
Según el comunicado difundido por ATE, la CONAE sufrió un recorte del 65% de su presupuesto real desde 2023, y desde el inicio del gobierno de Javier Milei acumula una reducción del 59% en fondos disponibles. Además, se paralizaron proyectos estratégicos como Tronador II, SAOCOM 2 y SABIA-Mar, y el organismo enfrenta un 20% menos de personal. La empresa estatal VENG, vinculada al desarrollo de lanzadores espaciales, también atraviesa una situación crítica, con endeudamiento y cancelación de programas.
“Estamos sufriendo un ensañamiento particular contra la CONAE”, sostuvo Emiliano Baum, delegado de ATE-CONAE, en diálogo con La Nueva Mañana. El gremialista remarcó que el organismo ya había sido uno de los más afectados durante la gestión de Mauricio Macri, y que el actual gobierno “replica la misma política de vaciamiento”.
Baum explicó que muchos trabajadores no tuvieron renovación de contrato, mientras que otros técnicos y científicos optaron por emigrar al exterior o al sector privado ante la falta de continuidad de los proyectos. “Perdimos personal clave, sobre todo en el área técnica. Esto pone en riesgo la soberanía científica y tecnológica del país”, advirtió.
El delegado sindical enfatizó además la importancia estratégica del sector espacial, comparándolo con el nuclear. “No se trata solo de poner un satélite en órbita o fabricar un lanzador. Los desarrollos tecnológicos que surgen de estos ámbitos tienen usos duales —civiles y militares— y pueden trasladarse a otros sectores de la economía, impulsando un modelo de desarrollo no basado en la primarización”, explicó.
Baum también cuestionó la idea de que la CONAE compite con empresas privadas. “Es un mito. En todo el mundo, el sector espacial es financiado por los Estados. SpaceX, por ejemplo, funciona gracias a contratos millonarios del gobierno estadounidense. En Argentina, el sector privado todavía no tiene escala para asumir ese rol”, señaló.
Finalmente, los trabajadores advirtieron que continuarán en estado de movilización y no descartan nuevas medidas si no hay respuestas del Gobierno nacional. “La defensa de la CONAE es la defensa de la soberanía tecnológica y del futuro del país”, concluyó Baum.