Un informe privado reveló que en junio los ingresos disponibles de las familias vulnerables siguieron en retroceso, mientras que los hogares de mayores recursos apenas registraron un leve ajuste. El consumo se resiente y crece el uso de ahorros para cubrir gastos corrientes.
El deterioro del poder adquisitivo sigue golpeando con mayor fuerza a los hogares más vulnerables. Según un relevamiento de la consultora Empiria, en junio los ingresos disponibles de esas familias acumularon una caída del 10% en comparación con noviembre de 2023, mes de inicio del gobierno de Javier Milei.
En términos generales, el ingreso promedio de los hogares del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) retrocedió 0,4% real respecto de mayo, marcando la tercera baja en los últimos cuatro meses. La contracara fueron los hogares de mayores ingresos, que sufrieron un retroceso marginal del 0,1% mensual, mientras que en la base de la pirámide la pérdida fue del 0,5% real.
Los salarios registrados aumentaron 1,6% en junio en línea con la inflación, según datos oficiales del INDEC, aunque todavía se ubican 5,5% por debajo del nivel de noviembre pasado. El golpe más fuerte se observó en el sector público, con una baja acumulada del 14,3%, frente a una contracción del 0,6% en los privados registrados.
Los ingresos no laborales mostraron un incremento leve del 0,2%, traccionado por las jubilaciones, que se actualizan con dos meses de rezago respecto de la inflación. En cambio, los ingresos laborales quedaron prácticamente estancados en la comparación mensual.
En paralelo, los gastos de los hogares crecieron 2% real en junio, impulsados por los aumentos en alquileres, expensas y transporte público. De este modo, los costos fijos ya representan en promedio el 23% de los ingresos, aunque entre los inquilinos ascienden al 36%.
El impacto sobre el consumo es evidente. En junio, las ventas en autoservicios mayoristas cayeron 1,8% mensual y tocaron un mínimo histórico desde 2017. En supermercados se observó un leve repunte del 0,2%, mientras que en shoppings se registró la primera baja interanual desde noviembre de 2024.
A esto se suma un escenario financiero adverso. Tras el fin de las LEFIs, la volatilidad de las tasas encareció el financiamiento con tarjeta de crédito y crece la morosidad: en junio, los préstamos personales en mora llegaron al 6,4% y las tarjetas al 4,4%, según el BCRA.
En este contexto, el 36% de los hogares admitió haber utilizado sus ahorros para cubrir gastos corrientes durante el primer semestre del año. Si bien es un porcentaje menor al registrado en 2024, aún se mantiene por encima del promedio histórico, lo que refleja el fuerte ajuste que atraviesan las familias.