«¿Cómo pueden vivir dignamente nuestros jubilados con lo que ganan?», se pregunta la Pastoral Social, en un comunicado que denuncia que el haber jubilatorio «no alcanza a ser un tercio de la canasta básica para no ser considerado pobre».
La organización de la Iglesia Católica advirtió que los adultos mayores deben elegir entre comer o comprar medicamentos. Pidieron a los gobiernos redireccionar recursos y terminar con el ajuste sobre los más vulnerables.
La Pastoral Social de la Arquidiócesis de Córdoba emitió un duro comunicado en el que cuestiona la situación económica de los jubilados y reclama una mejora urgente en los haberes previsionales. Según señalan, el ingreso mínimo que perciben los adultos mayores “no alcanza a ser un tercio de la canasta básica para no ser considerados pobres”.
“¿Cómo pueden vivir dignamente nuestros jubilados con lo que ganan?”, se pregunta el texto, que también interpela directamente a los funcionarios responsables de definir los montos de las jubilaciones. “¿Cómo haría un funcionario para sobrevivir con ese ingreso?”, agrega.
Desde la organización eclesiástica también sugieren la posibilidad de redireccionar partidas presupuestarias, por ejemplo las destinadas a publicidad u otras agencias gubernamentales, para reforzar los fondos destinados a jubilaciones.
Monseñor Ángel Rossi, arzobispo de Córdoba, acompañó el comunicado y fue contundente al afirmar que “los jubilados tienen que elegir entre comer o comprar medicamentos”, lo que consideró una forma de “eutanasia encubierta”.
El mensaje también señala las dificultades cotidianas que enfrentan los adultos mayores, como largas esperas al aire libre para ser atendidos, problemas para conseguir turnos médicos, trámites burocráticos e indiferencia institucional.
“La sociedad no puede permitir este trato. Todos podemos hacer algo, aunque sea pequeño, para aliviar esta situación”, sostiene la Pastoral Social, al tiempo que recuerda que los adultos mayores “no son descartables”, sino personas con sabiduría, paciencia y energía que pueden aportar a la comunidad.
Finalmente, el texto reclama que el Estado deje de ajustar por los más vulnerables y que se distribuya de manera más justa el presupuesto nacional y provincial.