El 90 % del área triguera ya fue sembrada y la cosecha de maíz tardío muestra rendimientos destacados, incluso en zonas afectadas por la sequía. Las heladas, lejos de perjudicar, ayudaron al ritmo de las labores agrícolas.

En plena campaña invernal, la región núcleo del país muestra signos alentadores para el sector agropecuario. Según el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, el 90 % del trigo ya fue sembrado y la cosecha de maíz tardío avanza sobre el 60 % del área, con rindes que superan las expectativas incluso en zonas afectadas por la falta de agua.

La siembra de trigo ya cubre 1,47 millones de hectáreas y está próxima a finalizar. Solo restan unas 130.000 hectáreas por implantar, principalmente en el norte de Buenos Aires. Allí, productores trabajan contrarreloj para sembrar variedades de ciclo corto antes del 10 de julio, fecha límite del período óptimo. A pesar de las bajas temperaturas, las emergencias son buenas, aunque lentas, y el desarrollo del cultivo dependerá de lluvias a tiempo, buena radiación y estabilidad térmica.

En cuanto al maíz tardío, los resultados son más que positivos. En el noreste bonaerense, rindes de entre 75 y 105 quintales por hectárea superan los del maíz temprano. En localidades como Pergamino y Junín se reportan promedios de hasta 100 qq/ha, con picos de 110. En Santa Fe y Córdoba los rindes también son buenos, aunque más moderados. El éxito se explica, en parte, por una siembra anticipada que permitió esquivar el pico de presencia de la chicharrita, principal vector del virus del achaparramiento, y por un estricto seguimiento sanitario.

La reciente ola polar, con temperaturas de hasta 8 °C bajo cero, también jugó a favor del campo. Las heladas ayudaron a secar los suelos, lo que permitió avanzar con la siembra de trigo y la cosecha del maíz sin demoras.

En el plano económico, los precios de los alquileres rurales se mantienen firmes, entre 16 y 22 qq/ha, a pesar de los márgenes ajustados. Mientras algunos productores se retraen, cooperativas y acopios buscan sumar hectáreas. A su vez, cultivos como el girasol, el maní y otras alternativas comienzan a ganar presencia de cara a la campaña 2025/26, impulsados por su tolerancia a la sequía y buenos resultados.

El panorama, si bien desafiante, muestra señales de dinamismo y adaptación por parte del sector agrícola en una campaña marcada por el clima y la necesidad de eficiencia.

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