Con más de medio siglo de historia, el Mercado de Abasto combina funciones comerciales, sanitarias y sociales, como un engranaje clave en la economía y la salud alimentaria de Río Cuarto. Su presidente, Darío Fuentes, detalló cómo la institución busca garantizar calidad, sostener el consumo y enfrentar los desafíos económicos actuales.
En el corazón productivo del sur cordobés, el Mercado de Abasto de Río Cuarto cumple una función esencial que muchas veces pasa desapercibida: ser el punto de encuentro entre quienes producen alimentos frescos y quienes los hacen llegar a nuestras mesas de forma segura.
Creado hace 56 años años, el Mercado nació como una necesidad para regular la comercialización de frutas y verduras, garantizar el control bromatológico y ofrecer condiciones equitativas para productores y comerciantes. Hoy, sigue funcionando bajo esos mismos principios, con una estructura que mezcla lo público y lo privado.
“El mercado es un ente autárquico, donde participan productores, puesteros, transportistas y representantes municipales”, explica su presidente, el ingeniero agrónomo Darío Fuentes. Según relató, el rol del mercado va más allá de lo comercial: también es un espacio de construcción de confianza, control sanitario y generación de empleo.
Los productos llegan desde Mendoza, San Juan, Tucumán, Salta, Corrientes, pero también desde el cinturón verde local. “La trazabilidad de lo que se vende es muy importante”, señala Fuentes, destacando el trabajo del área de bromatología y de SENASA para asegurar la calidad de los alimentos.
Con el tiempo, el mercado también se ha ido adaptando a nuevas necesidades. “Hoy los comerciantes de verdulerías grandes o supermercados buscan mejores precios o productos más frescos. Por eso también llegan muchos compradores de otras ciudades y provincias”, dice el presidente.
En ese sentido, ponderó el rol del Mercado de Abasto en un contexto social delicado como el actual: “Nadie puede solo. En contextos como el actual, no debemos alimentar miradas individualistas, sino apostar a salidas colectivas, comunitarias y organizadas. Cada uno puede aportar desde el lugar que le toca, y en el caso de una empresa, además del fin económico, también debe asumirse un compromiso social, una responsabilidad con el otro, sobre todo en tiempos tan complejos como los que vivimos”.
Respecto a su rol político, Fuentes habló de su presente tras haber acompañado a Juan Manuel Llamosas durante dos gestiones como presidente del Concejo Deliberante y asumir este nuevo rol que le asignó el intendente Guillermo De Rivas.
“Siempre sentí una fuerte vocación de servicio, y creo que desde la política se pueden generar transformaciones importantes si se trabaja de manera colectiva. Esta idea la he llevado conmigo tanto en el sector público como en el privado: las ideas deben convertirse en proyectos, y para que esos proyectos se concreten, es necesario contagiar ese entusiasmo al resto, construir consensos, sumar fuerzas”, dijo.
Aunque no suele estar en el radar de los consumidores, el Mercado de Abasto es un eslabón fundamental en la cadena alimentaria. Su funcionamiento diario sostiene a cientos de familias y asegura que los productos frescos lleguen en condiciones a las mesas del sur cordobés y más allá. Un engranaje silencioso pero imprescindible.