El relevamiento del Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE) del Centro de Almaceneros, reveló que una familia necesitó $1,4 millones para no caer en la pobreza. Se profundizan los problemas sociales vinculados al acceso a la alimentación.
La inflación en la provincia de Córdoba fue del 3,4% en abril, de acuerdo con el último informe publicado por el Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE), dependiente del Centro de Almaceneros local. Este valor marca la cuarta suba mensual consecutiva desde diciembre y sigue impactando de manera directa sobre la economía de los hogares cordobeses.
El informe detalló que una familia tipo necesitó $1.421.088 para no caer bajo la línea de pobreza, mientras que el ingreso mínimo para no ser considerado indigente ascendió a $771.664. Además, la Canasta Básica Alimentaria registró un incremento del 3,7% durante el mes.
El IETSE también relevó datos preocupantes sobre la situación social: el 60% de las familias no logró acceder satisfactoriamente a la Canasta Básica Alimentaria, el 30% de los hogares reportó que algún integrante sintió hambre y no pudo cubrir esa necesidad, y la mitad de las familias se vio obligada a suspender al menos una comida diaria. A su vez, nueve de cada diez familias debieron financiar la compra de alimentos mediante tarjetas de crédito, fiado o préstamos.
En lo que va del 2025, la inflación acumulada alcanza el 11,5%, mientras que la interanual ya se ubica en el 49,1%, lo que evidencia una persistente presión inflacionaria a pesar de ciertos ajustes en las proyecciones de las consultoras privadas.
A nivel nacional, distintas entidades también dieron a conocer sus estimaciones para abril. C&T Asesores Económicos proyectó un 2,7%, Fundación Libertad y Progreso un 3%, PXQ y Equilibra 3,3%, mientras que EcoGo, LCG y Analytica ubicaron el índice entre el 3,5% y 3,8%. La consultora Abeceb fue la que marcó la cifra más alta, con un 3,9%.
En este contexto, los datos del Centro de Almaceneros de Córdoba vuelven a poner en evidencia la fragilidad económica y social que atraviesa una gran parte de la población, especialmente en el acceso a bienes básicos como los alimentos.