Las fuerzas de seguridad impidieron la movilización en Congreso con un fuerte operativo. Un trabajador de prensa fue atropellado y trasladado al hospital.
Una vez más, la tradicional marcha de jubilados en el Congreso fue reprimida por un operativo de seguridad desproporcionado. Efectivos de la Policía Federal, Gendarmería, Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportuaria bloquearon el avance de los manifestantes y los empujaron hacia las veredas, evitando el abrazo simbólico al Congreso en reclamo de jubilaciones dignas y el acceso a medicamentos.
El despliegue, ordenado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, generó momentos de tensión, aunque no se registraron las golpizas y gases de semanas anteriores. Sin embargo, en la esquina de Mitre y Callao, un efectivo de la Policía Motorizada de la PFA atropelló a un periodista, quien sufrió un traumatismo en la rodilla y fue trasladado por el SAME al Hospital Ramos Mejía.
Testigos denunciaron que, tras el atropello, un grupo de manifestantes intentó socorrer al trabajador de prensa, pero fueron dispersados con gas pimienta. “Estoy con la cara ardiendo, pero el miércoles que viene vamos a volver a estar acá”, expresó Luciano, integrante de la organización estudiantil Ni un Paso Atrás, en diálogo con C5N. La represión ocurre a tres semanas de la agresión sufrida por el fotógrafo Pablo Grillo, quien permanece internado en el mismo hospital tras ser golpeado por Gendarmería.
Los jubilados advirtieron que seguirán movilizándose cada miércoles pese a la represión. La próxima marcha, que se realizará en la previa del paro nacional convocado por la CGT, podría contar con mayor respaldo de sindicatos y sectores políticos, aumentando la presión sobre el Gobierno. Entretanto, las imágenes de violencia estatal en cada jornada de protesta siguen despertando repudio en distintos sectores de la sociedad.
Foto: NA