Se pararon las ventas de los productores, las empresas comienzan a cancelar créditos en dólares en el exterior y hay cautela en el corto plazo.
La liquidación de los agroexportadores cayó más de un 30% en la última semana ante la incertidumbre sobre el futuro de la política cambiaria. Según informó el medio Ámbito, «de unos u$s120 millones diarios, se redujo a unos u$s80 millones».
Los exportadores aseguran que esto ocurre porque la venta de granos de los productores de soja y maíz está «virtualmente paralizada», a la espera de definiciones con respecto al dólar. Las empresas comienzan a cancelar obligaciones en el exterior, con mucho en juego, y el campo analiza su estrategia de cara a la cosecha gruesa.
En la última semana, todo se trastocó. El Banco Central vendió más de u$s1.000 millones en el mercado de cambios, se recalentaron las posiciones de dólar futuro y las cotizaciones financieras se mantuvieron al alza hasta tocar la barrera de los $1.300. La volatilidad impactó de lleno en la operatoria de los agronegocios: «Siempre que hay incertidumbre, las ventas se paralizan», explicó un exportador citado por Ámbito.
Los datos disponibles indican un retroceso significativo en la comercialización de soja y maíz: de 200.000 toneladas diarias a menos de 30.000 toneladas diarias. «Hasta que no se logre estabilizar, lo más probable es ver menos movimiento», indicó un consultor especializado.
El «carry trade» generado entre la tablita cambiaria y las tasas de interés en pesos, más la reducción temporal de retenciones, llevó a que se liquiden unos u$s120 millones diarios en el primer bimestre, una de las marcas más altas a nivel histórico. Sin embargo, el parate en las ventas también trajo un freno en las liquidaciones de divisas, que cayeron hasta los u$s80 millones.
Con la cosecha gruesa en el horizonte, los actores del sector agropecuario deberán tomar decisiones sin certezas sobre el esquema cambiario en el corto plazo. Unificación, salto discreto, dólar blend, «crawl» al 1%, son todas especulaciones cuya confirmación ya no depende exclusivamente del equipo económico, sino que debe pasar por el filtro del directorio del FMI.
En el sector exportador creen que el asunto podría demorarse. «Va a estar complicado que los productores quieran vender frente a la incertidumbre cambiaria que el propio Gobierno anuncia por el acuerdo con el FMI», señaló un empresario consultado por Ámbito.
Al mismo tiempo, pesa sobre el sector la experiencia del año pasado, cuando la promesa de Javier Milei de una unificación cambiaria llevó a muchos a apostar por una devaluación, generando grandes pérdidas. «Si te pasa por segundo año consecutivo, te fundís», comentó un productor.
De hecho, grandes firmas productoras de agroquímicos, como Surcos y Los Grobo, terminaron en convocatoria debido a malos manejos financieros y a la caída de casi el 30% en la facturación del rubro. ¿Será diferente esta vez?
A cancelar créditos
Por lo pronto, el mercado ya refleja una posible salida del «crawling peg» al 1%. Esa expectativa desarmó el «carry trade», acelerando la demanda de importadores y reduciendo la oferta de exportadores en general, no solo la de la agroindustria.
¿Solo eso? No. También hay otro efecto. Los créditos en dólares, que fueron una herramienta clave para la acumulación de reservas, comienzan a ser cancelados. Si el «crawling peg» del 1% desaparece, endeudarse en moneda extranjera para generar ganancias en pesos podría dejar de ser atractivo. «Todas las empresas toman sus recaudos», concluyó la fuente citada en el artículo original de Ámbito.